Extremadura impondrá a partir de esta medianoche el uso obligatorio de la mascarilla, al igual que ya han hecho otras regiones, para todas las personas mayores de 6 años con independencia de que se respete la distancia de seguridad y con el fin de evitar una transmisión comunitaria descontrolada del virus en la comunidad autónoma.
Así lo ha anunciado este viernes el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, tras apuntar que algunos de los contagios que se están detectando en la región están vinculados a fiestas, reuniones y situaciones de ocio en los que no se han respetado las medidas de seguridad «y esto -ha aseverado- es algo que no nos podemos permitir».
«Nos están llevando a situaciones de contagio en el ámbito comunitario y dando origen a brotes que hoy tenemos activos», ha lamentado.
«El relax de unos pocos puede ser el motivo de preocupación de unos muchos o de que volvamos a situaciones anteriores», ha añadido el también vicepresidente segundo del Gobierno, que ha abogado por tomar medidas con «contundencia» y «premura» viendo lo que está ocurriendo en otras comunidades autónomas y dado que la situación en Extremadura «todavía es buena».
De este modo, según ha ejemplificado en rueda de prensa, el uso de la mascarilla será obligatorio, aunque se mantenga la distancia social, en parques, piscinas -excepto en el vaso-, centros de trabajo, botellones y terrazas, entre otros espacios, y quienes incumplan esta norma podrán enfrentarse a multas leves -ha recordado los 100 euros fijados en la normativa de nueva normalidad- pero también a sanciones de hasta 6.000 euros en función del riesgo que hayan ocasionado a la salud pública.
Ha precisado además que se mantienen las excepciones recogidas en la normativa de la nueva normalidad, como por ejemplo para las personas con enfermedad mental o respiratoria, a las que ha añadido las personas que estén comiendo en un restaurante o estén corriendo, pero no las que estén paseando por el campo.
Vergeles, que este viernes dictará la resolución correspondiente, para que entre en vigor esta medianoche, ha reconocido que esta medida puede generar «algunas incomodidades», pero también ha confiando en que sea entendida por los ciudadanos y en que las infracciones sean las menos.
Ha explicado que nos tenemos que acostumbrar a convivir con los brotes de COVID-19, y que la transmisión comunitaria del virus entra dentro de lo previsto, no así la transmisión comunitaria descontrolada, que es la que hay que evitar y que ya se está produciendo en algunas regiones de España, que a fecha de hoy contabiliza un total de 73 brotes, 4 de ellos en Extremadura.
Además, ha justificado esta decisión en que también hay que «proteger» a las empresas, a los trabajadores y al sistema productivo, consciente de que la nueva normalidad es posible pero estableciendo medidas de control «muy estrictas» para mantener «a raya» el virus.
Respecto a la situación epidemiológica de Extremadura, ha precisado que desde la entrada en el periodo de nueva normalidad el pasado 21 de junio se han confirmado 170 casos positivos, de los que 66 se mantienen activos con prueba PCR positiva a fecha de hoy.
En relación a los cuatro brotes activos -uno en Navalmoral y tres en la ciudad de Badajoz-, ha señalado que todos están en una situación «de control», a expensas de los datos de contagio de hoy, pues no descarta nuevos brotes, de ahí que Vergeles haya defendido en varias ocasiones que hay que ser «contundente» en la toma de decisiones.