Los ciclistas son un colectivo vulnerable tanto el carretera como en ciudad. El uso cada vez más habitual de este tipo de vehículos de movilidad personal ha hecho que la conciliación los vehículos a motor mejore, pero aún queda mucho camino por recorrer para que el riesgo que sufren sea cero.
En caso de circular por ciudad, es importante que las bicis utilicen siempre que sea posible el carril destinado a estos vehículos y, en caso de ir por la calzada, que lo hagan lo más pegadas posible al bordillo. También es imprescindible que los ciclistas se acuerden de señalizar sus movimientos, aunque los conductores deberán respetar las distancias de seguridad cuando quieran adelantarlos.
En caso de conducir por carretera, bien porque es necesario desplazarse o porque se sale a hacer deporte, los ciclistas no pueden circular en pelotón como si de una etapa del Tour se tratara. Deberán siempre hacerlo en paralelo y por el arcén y, en caso de poca visibilidad, en fila de a uno.
Pero, ¿y qué pasa en las rotondas? Cuando la cabeza de estos pelotones o filas de ciclistas entran en una rotonda, hay que respetar su prioridad como si fueran un único vehículo. Es decir, habrá que cederles el paso a todos y solamente entrar en la glorieta cuando haya pasado el último de los ciclistas.
Nunca debe cortarse la fila ni tratar de adelantar al grupo o introducirse entre ellos. La fila de ciclistas deberá circular de manera ordenada, por el carril más exterior de la glorieta y señalizar adecuadamente cuando vayan a coger la salida correspondiente.