Los 16 trabajadores del centro de personas con discapacidad gravemente afectadas de la residencia de la FAAM, en Almería, han finalizado su confinamiento voluntario junto a los residentes tras 45 días en los que han logrado que la Covid-19 no llegue a las instalaciones.
El grupo, voluntario, se aisló el 23 de marzo en pleno crecimiento de la curva de la pandemia en España con la premisa de «proteger» a las personas que viven en esta residencia que gestiona la federación almeriense de asociaciones de personas con discapacidad.
Los 16 trabajadores han abandonado las instalaciones a las 07,00 horas, juntos, y, según han trasladado, «con una experiencia sin precedente que quedará para siempre en nuestra memoria, en la de FAAM y por supuesto en la de todas y cada una de las familias de los usuarios».
Entre lágrimas de emoción y satisfacción han recibido el aplauso del presidente y la gerente de FAAM, Valentín Sola e Isabel Valdés respectivamente, la directora de la Residencia, María del Mar Miralles, y dos patrullas de la Polícía Local de Almería que han querido con su presencia rendirles homenaje.
«Para nosotros vais a ser los héroes de FAAM siempre. Hace 45 días entrabais por esa puerta con el objetivo de proteger a todas las personas que hay ahí dentro y lo habéis conseguido», ha dicho Sola, quien ha reiterado su agradecimiento a los trabajadores a quienes ha señalado como «un ejemplo no solo para los almerienses, sino para todo el país»
La directora del centro ha indicado que «no tendrán mayor reconocimiento o medalla que portar que el logro conseguido». Además, con la profesionalidad, esfuerzo y cariño con el que lo han realizado, por lo que solo me queda, daros las gracias por el gran acto de generosidad sin precedentes. Sois grandes, sois héroes y heroínas».
Bárbara, una de las profesionales aseguraba a su salida que ha sido una experiencia «maravillosa» junto a un equipo «estupendo con el que hemos hecho una gran labor evitando que nuestros usuarios se hayan contagiado con el virus».
«Me voy muy contenta y feliz de haberlo hecho y me llevo en el corazón a mucha gente. Si quería a los usuarios ahora los quiero mucho más», ha asegurado.
Para su compañera María son «muchas las emociones juntas» pero pesa el «orgullo por el trabajo que hemos realizado frente a la tristeza porque hemos creado una gran familia de la que nos despedimos». «Sin duda es un capítulo de nuestra vida que nunca voy a olividar», ha afirmado.
En la misma línea se ha expresado Verónica, quien ha asegurado que la experiencia «no ha podido tener un final mejor y me voy contenta y orgullosa por todo lo que hemos hecho». «Siempre lo voy a recordar», ha remarcado.
Los residentes también han hecho balance. Así, para Salvador ha sido una vivencia «agradable porque el equipo de trabajo ha sido maravilloso, y precisamente ellos han sido los que nos han mantenido, de alguna manera cuerdos explicando la situación que había fuera». «No podemos tener ninguna queja. Mucho agradecimiento a todos», ha concluido.
La iniciativa de confinamiento llega a su fin con cero contagios, si bien las medidas de prevención continúan siendo extremas y se ha habilitado un acceso específico a la residencia donde tomar la temperatura a los trabajadores antes de comenzar cada turno.
También se realiza la desinfección del calzado de trabajo, y se colocan los Equipos de Protección Individual (EPIS): mascarilla, gorro, bata y guantes.