El Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en abril en el -0,7 % en tasa interanual, niveles no vistos desde el verano de 2016, por el descenso de los carburantes mientras que repuntaron con fuerza los precios de los alimentos en medio de la pandemia de la COVID-19.
Según el indicador adelantado publicado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), junto al descenso de los carburantes, que ha llevado a negativo esa evolución anual del IPC frente al 0,0 % de marzo, destaca el comportamiento de los precios de los alimentos, cuya tasa anual ha pasado del 2,5 % en marzo al 4 % en abril.
El IPC no estaba en negativo desde agosto de 2016, cuando se sitúo en el -0,1 %.
El peso de los carburantes y combustibles -que en abril del año pasado registraban subidas frente a las caídas de este año- es uno de los elementos de mayo peso en la inflación por lo que, pese a ese repunte de alimentos, hacen caer el índice.
El INE explica que en la inflación de abril muchos productos y servicios no han estado a la venta y que todos los precios se han tenido que recoger de forma telemática.
Además, y ante la situación de confinamiento en los hogares COVID-19, avanza que han elaborado dos agregaciones especiales en las que se recoge el efecto en los precios de los bienes y servicios que se han seguido consumiendo.
El primero incluye los productos de alimentación, bebidas, tabaco, limpieza del hogar, comida para animales y cuidado personal y cuya tasa anual se sitúo en abril en el 3,2 %, un punto más que en marzo.
Dentro de este apartado, el INE destaca la alimentación, cuya tasa anual pasa del 2,5 % al 4 % y dentro de ella es mayor el incremento de precios de alimentos frescos, su tasa anual sube tres puntos, hasta el 6,9 %, mientras que los envasados suben seis décimas, hasta el 2,2 %.
El segundo grupo incluye servicios como alquiler de vivienda y garaje, agua, recogida de basuras, electricidad, gas, telecomunicaciones, seguros o comisiones bancarias
Frente a la evolución de bienes, la variación anual de este segundo grupo especial se sitúa en abril en el -4,3 %, más de un punto por debajo de la registrada en marzo.
El INE añade que, para tener una perspectiva temporal completa, el grupo especial COVID-19 se ha calculado para los 12 últimos meses y que el próximo 14 de mayo, cuando se dé el IPC definitivo de abril, se dará información más detallada.
El INE también señala en su comunicado que la declaración del estado de alarma ha provocado una situación inédita en la producción del IPC, ya que es la primera vez que una parte considerable de los bienes y servicios no están disponibles para su adquisición- o solo lo están a través de la web- y porque la recogida de los precios se ha hecho de forma telemática.
Para evitar una distorsión de los resultados, el INE explica que los bienes y servicios que no se han comercializado (restaurantes, hoteles o vuelos) se han mantenido en el cálculo del IPC, pero sus precios han sido estimados de forma que la tasa anual apenas se vea alterada.
En tasa mensual, los precios de consumo registran en abril un alza del 0,3 % respecto a marzo, según este mismo indicador adelantado del IPC.
En los grupos especiales del COVID-19, los precios de los bienes suben un 1,2 % respecto al mes de marzo -los productos de alimentación se incrementan un 1,4 %- mientras que los de servicios caen un 1,4 %.