Nacido en Ferrol en 1984, el actor y músico Esteban Yáñez falleció este martes víctima del coronavirus, una noticia que causó conmoción en la cultura y en los medios de comunicación de Galicia, donde su actividad fue muy prolífica en las últimas décadas.
De hecho, su primera incursión en el ámbito actoral se remonta a su preadolescencia, cuando saltó a la fama gracias a Televisión de Galicia. Una de sus series más emblemáticas, «Pratos combinados», le hizo popular entre la audiencia.
Su marcha trae consigo también el impacto que deriva de una muerte prematura y una carrera poliédrica interrumpida.
Ya conocía los centros hospitalarios, a los que su salud le había llevado en alguna ocasión anterior, y no descuidó ese destino para hacer humor a partir de sus experiencias.
Si su arranque mediático fue sonado, sumarse al equipo del «Xabarín Club», emblema de la programación infantil de cercanía en toda España, consolidó su apego a la pequeña pantalla.
Allí encarnó a Arroz Hacker, un personaje más allá de lo convencional que hizo las veces de guía para un importante segmento de los fieles del «porco bravo» del canal público gallego.
Las inquietudes de Yáñez se traspasaron también a lo escrito y engrosó la nómina de integrantes del comité de redacción de la revista Luzes. Su director, el veterano periodista, Xosé Manuel Pereiro, fue uno de los primeros que lamentaron su partida a través de las redes sociales, sus grandes aliadas.
Su nombre de guerra en Twitter era Snob y presumía de conocimientos sobre su ciudad, aunque ya no la frecuentase como desearía, no solamente en lo evidente, sino también sobre su intrahistoria.
La de un Ferrol antes de trincheras, dividido entre los recelos de una clase acomodada al abrigo del Estado y la Armada y la lucha de clases de los astilleros.
El periodista David Lombao escribió uno de sus últimos mensajes, «hay que verse más», buena prueba de que su adiós no va a ser fácil de sobrellevar.