España ha iniciado el final de la pandemia del coronavirus. Así lo anunciaron los expertos al principio de esta cuarta semana de confinamiento en la que empezará la desescalada para intentar volver poco a poco a la normalidad.
Uno de los índices que más aporta a la hora de saber que España ha superado el pico de la epidemia es el número reproductivo básico (R0), una fórmula por la cual se estima la velocidad con que una enfermedad puede propagarse en una población. Estas estimaciones son de gran interés en el campo de la salud pública como está quedado de manifiesto durante la propagación de la enfermedad.
Esta métrica ayuda a determinar cuando una enfermedad infecciosa puede dar lugar a un brote epidémico serio, como la COVID-19. Los orígenes del término se remontan al trabajo de Alfred Lotka y Ronald Ross, aunque su primera aplicación fue con la propagación de la malaria.
Generalmente, cuanto más grande es el R0 más difícil es controlar la epidemia. Por este motivo, desde el Gobierno han insistido en cumplir las fuertes medidas de distanciamiento social durante el brote de coronavirus y han asegurado que hasta que el índice no sea inferior a 1 no se estará en fase de desacelaración.
España empieza a frenar: Varias comunidades con un R0 inferior a 1
El ritmo reproductivo (R0) de España, según los últimos datos ofrecidos este lunes por el Centro Nacional de Epidemiología, se sitúa en 0,98, cuando hace seis semanas llegó a superar el cinco. Además, doce comunidades autónomas (Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia, Navarra, País Vasco y La Rioja) han traspasado también ese umbral, lo que permite vislumbrar la desaceleración de la pandemia.
Esto significa que, de media, en España un contagio genera menos de un contagio secundario, cuando a fechas de la declaración del estado de alarma eran aproximadamente 5 las personas que eran contagiadas por un caso primario de coronavirus.