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Independentismo catalán

Sánchez reconoce que «las posiciones entre el Gobierno de España y la Generalitat están muy alejadas»

| Barcelona |

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido este jueves, tras reunirse con el president de la Generalitat, Quim Torra que «las posiciones entre el Gobierno de España y la Generalitat están muy alejadas». «Soy consciente de que el camino no va a ser fácil y no va a ser rápido porque hay heridas muy profundas». No obstante, ha precisado que «quizás nos sorprendamos en ver que el reencuentro es más rápido de lo que podíamos prever».

Sánchez se ha mostrado confiado en poder encontrar una solución al conflicto de Cataluña a través del diálogo. El presidente ha realizado estas declaraciones, tras ser preguntado por las reivindicaciones de autodeterminación y amnistía de Torra.

Además, ha añadido que esto pone de manifiesto que «el diálogo va a ser largo y no va a ser fácil, ya que pone de manifiesto que las posiciones entre el Gobierno de España y la Generalitat están muy alejadas». Sin embargo, ha destacado que «no tenemos miedo de nada y que es un firme defensor del autogobierno de Cataluña». «Una democracia es fuerte cuando es capaz de dialogar».

Sánchez también ha querido agradecer a Torra «el tono y la predisposición a dialogar, un diálogo entre dos presidentes. El significado de este encuentro es mostrar nuestra voluntad sincera de dialogar y acordar. He venido a expresar el deseo de una gran mayoría de ciudadanos que ansía el diálogo».

El presidente del Gobierno apuesta por desjudicializar la política y retomar la vía del diálogo. «Quiero retomar la senda de la política y del diálogo dejando atrás la judialización de la política. No hay otra vía que el diálogo dentro de la Ley, la Ley por sí sola no basta. La Ley es la condición y el diálogo el camino».

El jefe del Ejecutivo español ha informado que la mesa de diálogo se celebrará este mes de febrero y ha avanzado que participará la ministra de Política Territorial, Carolina Darias. No obstante, ha precisado que su composición se tendrá que consensuar entre ambos gobiernos.

Sánches también le ha entregado a Torra un documento en el que figuran las 44 reivindicaciones que han hecho los presidentes de la Generalitat de los últimos años, que pretende abordar en la mesa de diálogo.

Preguntado por la figura de un mediador, ha señalado que serán los 47 millones de ciudadanos que van a ser testigos y conocer todas las propuestas. Sánchez ha dicho que se van a esforzar por actuar en nombre de todos los españoles y ha precisado que acude a la reunión en nombre de todos ellos.

Además, ha querido dejar claro que ha ido como presidente de un Gobierno de coalición progresista, que tuvo un respaldo muy alto en Cataluña, equiparable al actual Govern catalán. «Tendremos presente la realidad plural de Cataluña. Quiero expresar que actuaremos con constancia, con claridad y honestidad y tendremos como meta el reencuentro».

«El balance de esta última década es lamentable, nadie ha ganado, todos hemos perdidos y solo ha dejado una estela de desánimo y de hastío en la ciudadanía», ha señalado. «He venido a hablar en nombre de los ciudadanos que no soportan más esto, he venido a hablar de esperanza. Es el momento que eso cambie aunque no lo hará de inmediato. Sí tenemos que cambiar el rumbo de inmediato. La forma de hacer política debe buscar el acuerdo y no la división».

En este punto, ha informado que desplegará una acción política dirigida al entendimiento. «La finalidad de la política es resolver los problemas, no acentuarlos tratando de sacar partido de ellos. Esta es una historia que trata sobretodo de personas».

Sánchez ha señalado que «hay familiares, amigos, vecinos, hartos de preguntarse por las ideas del otro antes de iniciar una conversación» y ha recordado la pérdida de oportunidades económicas, como que la sede de la Agencia del Medicamento estuviese en Cataluña.

«Tenemos una deuda con nuestros hijos y nietos que merecen vivir en concordia», ha declarado. Además, ha hecho referencia a otros retos, como el cambio climático, las desigualdades, la violencia de género o los problemas para acceder a la vivienda.

El presidente se ha preguntado si «afrontamos juntos estos retos o perdemos más tiempo en querellas que se pueden resolver desde la política». En su opinión, habrá resistencias al diálogo, pero se ha mostrado convencido de que se podrán superar porque «somos muchos más e incluso los opuestos al diálogo se sumarán».

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