El exconseller de la Presidencia en el Govern del 1-O, Jordi Turull, ha llamado al independentismo a rehacer la «unidad» y «recuperar el espíritu de ir todos a una de verdad": «Haciéndolo así ya hemos demostrado que podemos hacer posible todo aquello que muchos decían imposible», ha añadido.
Turull participa en la comisión parlamentaria sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución, como antes ya había hecho el exvicepresidente catalán y líder de ERC, Oriol Junqueras, y posteriormente harán los exconsellers Raül Romeva, Joaquim Forn, Josep Rull y Dolors Bassa.
Esta ha sido la primera vez que Turull ha pisado el Parlament desde su investidura fallida, el 22 de marzo de 2018, dado que justo antes de que se pudiera celebrar la segunda sesión del debate en el que él era candidato a president entró en prisión preventiva por orden del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.
En su intervención, el día después del desencuentro entre JxCat y ERC a raíz de la pérdida de condición de diputado del presidente de la Generalitat, Quim Torra, Turull ha reclamado al conjunto del independentismo «lealtad, confianza, firmeza, civismo y determinación».
El exconseller preso ha dicho que «el Estado está absolutamente desbocado» y ha avisado a los independentistas que «es demasiado lo que está en juego».
«No puede haber una respuesta de contemplación ni espacio para la resignación o la renuncia», ha defendido Turull, que ha llamado a seguir la senda independentista «aunque eso suponga sacrificios para algunos», como es su caso.
Ha reivindicado que desde el independentismo siempre se ha apostado por el diálogo, como a su juicio lo prueba la suspensión de la declaración de independencia del día 10 de octubre de 2017.
«Incluso ahora y siempre, con todo lo que se está sufriendo», ha indicado, y acto seguido ha reclamado «un diálogo real» y no con la voluntad de «marear la perdiz».
Turull también ha sostenido que con la suspensión del autogobierno catalán, mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución, «el Estado perdió todo tipo de complejo» y fue el «Deep State» (estructuras profundas del Estado) el que «empezó a mandar».
El 155 supuso, ha asegurado, pasar del «atado y bien atado» al «a por ellos» y a la continuación de unos hechos, como el encarcelamiento de los líderes independentistas, que «deberían hacer estremecer a cualquier demócrata».