Los militantes de ERC han aprobado este sábado con un 93% de los votos la ponencia política del 28 Congreso Nacional del partido, en la que se refuerza la estrategia negociadora con el Estado para acceder a la autodeterminación y la independencia pero sin descartar un referendo unilateral.
En el transcurso del congreso, el coordinador nacional de ERC y vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, ha advertido que la nueva etapa de diálogo y negociación entre Cataluña y el Estado «sólo es posible si la política desplaza a la represión», y ha indicado que Esquerra está dispuesta a asumir «el papel de rompehielos de los muros que impiden la política».
Este papel de «rompehielos» incluye la posibilidad, ha señalado, de asumir liderazgos si los catalanes así lo desean con sus votos, «y esto significa tomar decisiones complejas, estar dispuestos a abrir caminos, aunque esto comporte momentos de éxitos y otros en los que los veremos lejos».
Los republicanos, ha indicado, seguirán siendo los máximos abanderados del «sit and talk» (sentarse y hablar) a fin de «poder abrir procesos políticos».
Esto podría traducirse en los próximos días en un acuerdo con el PSOE que facilite la investidura de su candidato, Pedro Sánchez, aunque fuentes de ERC siguen pidiendo «un gesto» que visualice que el Gobierno está a favor de cumplir la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE con respecto a la inmunidad de Oriol Junqueras.
La ponencia política ha contado con 558 votos favorables, 20 contrarios y 19 votos en blanco, mientras que la estatutaria, de modificación parcial de los estatutos, ha tenido 557 votos favorables, 11 contrarios y 44 abstenciones.
El texto final de la ponencia política mantiene las tres vías de acceso a la autodeterminación que estaban contempladas en el documento inicial, y aunque en ellas la vía negociadora queda reforzada, no se descarta un referéndum unilateral si la negociación resulta imposible.
Con el título de «Fortalecernos para volver, para ganar», la ponencia consagra el giro dado por ERC a favor de la vía dialogada y pactada con el Estado, en detrimento de la vía unilateral por la que se apostaba en el anterior Congreso del año 2015.
ERC considera que un referéndum de autodeterminación es «el mejor instrumento» para lograr la independencia, pero se marca como objetivo que sea acordado con el Estado: «hay que hacer que el referéndum que ahora parece imposible sea inevitable», subraya.
Para alcanzar la autodeterminación la ponencia traza tres vías, la primera de las cuales pasa por «levantar la bandera del diálogo y la negociación» con el Estado, mientras que la segunda por forzar «la convocatoria del referéndum» mediante la combinación de «fuerza y acción» a fin de que «el Estado no tenga otra alternativa que avenirse a pactar una solución democrática».
Sobre la «tercera vía», que pasa por la posibilidad de un referéndum unilateral, en el texto se puntualiza que «no es nuestra prioridad», y se utiliza un eufemismo para indicar que «no podemos descartar nunca la vía de volverlo a hacer» sin explicar qué es lo que no se descarta volver a hacer.
«Hay que asumir que el elemento esencial que decantará la concreción de una vía u otra para conseguir el objetivo de la república catalana es la correlación de fuerzas con el Estado», apunta la ponencia antes de añadir que «nunca renunciaremos a nuestros derechos ni a lo que establece la legalidad internacional».
Esto último obligará, subraya, «a estar atentos a posibles nuevos escenarios que nos permitan transitar hacia la independencia por cualquier camino democrático y pacífico».