¿Se es más catalán, español o mallorquín por llamarse de una determinada manera u otra? Es más. ¿Se vive mejor por el simple hecho de que el origen o procedencia sean uno u otro? Se trata de una controversia recurrente en las redes sociales, de esas que de vez en cuando y sin saber muy bien por qué reaparecen.
Pareciera que por el simple hecho de tener antepasados catalanes hubiera que votar a Puigdemont y Junqueras. O de que por tener abuelos murcianos nos encandilara Vox. Y no es así. Numerosas pruebas hay de ello. Una de las polémicas que estos días circula en Twitter se inició con un mensaje de la usuaria @_espatricia. Fue un comentario con mucho tirón, enseguida entenderán el porqué. Aquí lo reproducimos:
En efecto, la cuestión es peliaguda, pues habla de segregación por origen, un tema en ocasiones avivado por los sectores más proclives al unionismo que por parte de los independentistas.
Trata de racismo y de etnicismo. De que entre iguales con posibilidades discretas y limitadas el sistema elije a una clase de ciudadanos y desecha a otra clase. Habla de marginación y de apartheid en la España del siglo XXI. Son acusaciones a tener en cuenta que muchos se han ocupado de contestar más o menos visceralmente.
Cansada de que su móvil estallara a base de notificaciones, la usuaria eliminó «todos los tuits. Pensaba que se podía debatir sobre ciertas cosas y veo que no. En fin, seguiré usando Twitter para lo de siempre memes y basura», aseguraba.
Muchos han contestado con ironía o cierto humor. Otros han usado palabras gruesas que no reproduciremos. Otros sencillamente se han puesto a contar.
Los hay muy majos y con disponibilidad horaria que, por ejemplo, se han ocupado de buscar en las fuentes oficiales cuántos diputados autonómicos tienen apellidos catalanes. Y ¡oh sorpresa! Son minoría.
El 55 por ciento de los componentes del Parlament de Cataluña tienen nombres castellanos y de otras partes del Estado español. Hay algún nombre árabe, y formaciones independentistas como la CUP cuentan con mitad y mitad. Si es cierto eso de que los parlamentos son un reflejo de la sociedad, ahí tienen la respuesta.