Este martes, 19 de noviembre, se cumplen 86 años desde la primera vez en que las mujeres pudieron votar en unas elecciones en España. Fue en el año 1933, en el marco de las segundas elecciones generales de la Segunda República para las Cortes.
La introducción del sufragio universal por intercesión de Clara Campoamor, pionera y encargada de defender el artículo 36 de la Constitución, se tradujo en una victoria de los partidos de derechas, encabezados la CEDA, la Confederación Española de Derechas Autónomas.
Por Baleares salieron elegidos siete diputados, entre los dos de la CEDA, del Partido Republicano de Centro y del Partido Republicano Radical, más uno regionalista. Entre los centristas se encontraba un tal Joan March Ordinas, importante político y banquero que a la postre resultaría crucial en el futuro político de la República y de España.
Las mujeres pudieron expresar su voluntad política en las urnas desde entonces y hasta el fin de la Segunda República, con el inicio de la Guerra Civil en 1939. El ascenso de los sublevados acabó con el derecho de voto de las mujeres -y en esencia con el de los hombres-, que no fue restaurado hasta el año 1977, más de cuarenta años después. Aquel regreso a las urnas reconoció nuevamente el hecho de que las mujeres pudieran pronunciarse con voz propia dentro de la vida pública. El resultado dio la victoria a la UCD de Adolfo Suárez, y confirmó un importante y simbólico ascenso de los socialistas tras los largos años de la dictadura.