La Guardia Civil sostiene que los CDR encarcelados por supuestamente planear sabotajes se encontraban en un «avanzado estadio» en el proceso de confección de explosivos, como termita, y que utilizaban técnicas y procedimientos «en clara similitud» con bandas terroristas como ETA o Terra Lliure.
Así lo sostiene la Guardia Civil en un informe, al que ha tenido acceso Efe, remitido a la Audiencia Nacional a principios de septiembre pasado, semanas antes de la detención de nueve miembros de los autodenominados Comitès de Defensa de la República (CDR), siete de los cuales permanecen en prisión.
Según la Guardia Civil, los detenidos integraban un Equipo de Respuesta Táctica (ERT) en el que disponían de un «núcleo productor» encargado de elaborar y producir materiales explosivos o incendiarios para ejecutar acciones de «imprevisibles resultados», que podrían llegar a causar «víctimas mortales y grandes daños materiales» para «desestabilizar gravemente» al Estado español. «Todo ello, en clara similitud de técnicas y procedimientos con respecto a históricos grupos terroristas que actuaron en este país, como ETA y Terra Lliure», advierte.
Se trata, según el informe, de un grupo «fuertemente organizado y clandestino», con un aumento manifiesto de la radicalidad de los actos perpetrados por sus miembros, a los que incluso se intervino un manuscrito en el que la Guardia Civil aprecia similitudes con los comunicados para reivindicar un atentado terrorista, por lo que la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) se ha personado como acusación popular en la causa. Todas las acciones que preparaban los detenidos iban encaminadas a conseguir o facilitar «el fin último de proclamar la república y conseguir la independencia de Cataluña», según la Guardia Civil.
En base a las conversaciones, las sustancias intervenidas, los seguimientos a los que les sometieron y las declaraciones de algunos de los detenidos, la Guardia Civil concluye que el grupo estaría confeccionando explosivos como la termita y que disponía de notas manuscritas con instrucciones para elaborar cloratita, «ampliamente utilizado por grupos terroristas debido a lo sencillo que es de confeccionar».
El «núcleo productor» de estos explosivos lo integraban tres de los detenidos, que actuaban de forma clandestina y disponían de un laboratorio en casa de uno de ellos en Sabadell (Barcelona) y de una finca en una zona aislada en Sant Fost de Campcentelles (Barcelona), para su elaboración.
La Guardia Civil advierte al juez en su informe de que para fabricar termita no es necesaria la utilización de muchos de los elementos que vieron adquirir a los miembros del grupo, como ácidos y nitratos, por lo que infiere «sin ningún género de dudas» que estaban elaborando también otras sustancias explosivas «aún más virulentas», como la cloratita.
De hecho, uno de los detenidos, Jordi R., confesó que hacían ensayos con termita en casa de uno de ellos -Alexis C.- y que desde el mes de julio empezaron a desarrollar la fabricación de este explosivo, para lo que trabajaban normalmente en horario nocturno y en jornadas que iban de treinta minutos a dos horas y media.
A través de sus conversaciones, la Guardia Civil ha constatado que los detenidos eran conscientes de la peligrosidad de las sustancias que manipulaban, ya que el propio Alexis C. mostró reparos a hacerlo en su domicilio: «tengo hijos en casa y no quiero que los niños me vean trajinar con ácidos y cosas así para que no les pique la curiosidad».
En un informe preliminar elaborado por los técnicos del TEDAX, el instituto armado ha determinado que la termita estaba lista para ser utilizada ya que se encontraba sintetizada y dispuesta en una caja de plástico con cerillas alrededor para ser iniciada.
Además, en el laboratorio que los detenidos tenían en Sabadell también se encontraron todos los elementos necesarios para la fabricación de amonal y anfo, según la Guardia Civil.
Los investigadores resaltan que Jordi R. utilizó una identidad falsa o mentía sobre su profesión para poder comprar y adquirir varias sustancias químicas consideradas precursoras de explosivos, como la termita, la nitrocelulosa, la cloratita y el ácido pícrico o C-4.
Cuando fue interrogado, este detenido admitió que, tras constatar la dificultad de sintetizar compuestos explosivos como la cloratita y C-4, se decantó finalmente por la producción de nitrocelulosa, calificándola como «material explosivo».
La Guardia Civil sometió a los detenidos a seguimientos antes de su arresto, cuando iban a comprar productos para la elaboración de los explosivos y en una finca donde llegaron a apreciar destellos y una gran humareda que hizo confirmar sus sospechas de que estaban manipulando productos peligrosos para fabricar explosivos.
Según el instituto armado, a raíz de las declaraciones de algunos de los detenidos se concluye que el propósito final del grupo sería utilizar los explosivos en una acción de «distracción» para favorecer otra simultánea, que sería la principal.
Sin embargo, los encargados de elaborar los explosivos alegaron que desconocían cuál sería la acción principal, ya que, según resalta la Guardia Civil, una vez que el «núcleo productor» hubiese elaborado el material, sería el «núcleo ejecutor» quien actuaría como «brazo armado» encargado de ejecutar los actos terroristas.