El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, ha dicho este viernes que las trece jóvenes republicanas conocidas como las Trece Rosas, asesinadas en 1939 durante la dictadura franquista, «lo que hacían era torturar, violar y asesinar vilmente», cometer «crímenes brutales».
Ortega-Smith se ha expresado en estos términos en una entrevista en Los Desayunos de TVE al comentar la respuesta de Ayuso a una pregunta de Vox -el jueves en el Parlamento regional madrileño- diciendo sobre la exhumación de Francisco Franco: «¿Y qué será lo siguiente? ¿La cruz del Valle? ¿Todo el Valle? ¿Las parroquias del barrio arderán como en el 36?».
El portavoz de Vox ha comentado que en España «lo que están ardiendo son los odios» y que «muchos partidos, como Podemos y la extrema izquierda fomentan el odio entre los españoles».
«Hay personas que hacen apología del odio e impulsan a los españoles a volver a enfrentarnos», ha dicho Ortega-Smith al responder a preguntas sobre el comentario de Ayuso y sobre la condena de Vox a los totalitarismos.
El portavoz ha insistido en que Vox «está en contra de quienes quieren enfrentar a los españoles en una posición de guerracivilismo» o «desde un punto de vista único de la historia, o queriendo rescribirla».
Y en su defensa de las distintas caras de la historia, el político de Vox ha dicho que en las cunetas no solo hay restos de republicanos sino también del bando nacional en la Guerra Civil, como sucede -ha dicho- en Paracuellos (Madrid), donde «hay una fosa común con miles de muertos asesinados por el bando republicano».
Además, Ortega Smith ha afirmado que «se habla del alzamiento» militar del 18 de julio de 1936 «pero no de la preguerra, de los golpes de Estado promovidos por los socialistas, ni de las iglesias quemadas y de las monjas violadas antes de la Guerra Civil.
Y que tampoco se ha hablado de las checas de Madrid ni de las torturas, y que «se ha mentido sobre las Trece Rosas, que lo que hacían era cometer crímenes brutales».
Las jóvenes llamadas las Trece Rosas murieron fusiladas el 5 de agosto de 1939, 48 horas después de ser juzgadas y condenadas a muerte por delitos que no cometieron, al igual que otros 43 hombres, también afiliados a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), que comparecieron ante un consejo de Guerra sumarísimo y que murieron de madrugada, un poco antes que sus compañeras.