Un grupo de 41 senadores franceses de diferentes partidos de izquierdas y de derechas han denunciado «la represión» contra los líderes del proceso independentista catalán y han pedido en una declaración que Francia y la UE intervengan para «restablecer las condiciones del diálogo».
El embajador español en Francia, Fernando Carderera, aseguró este lunes en un comunicado que «lamenta y rechaza» el manifiesto suscrito por los legisladores, «que demuestra un desconocimiento absoluto de la situación en España por parte de un grupo minoritario de senadores franceses». Y añadió que «se están haciendo gestiones a todos los niveles» en respuesta a esa declaración.
François Calvet, uno de los promotores de la iniciativa y representante del departamento de los Pirineos Orientales (la llamada Cataluña Norte), explicó que el manifiesto busca que Francia y otros gobiernos europeos intervengan «para que haya una mediación», porque la situación actual «no beneficia a nadie».
«El papel de Europa es tratar de encontrar soluciones, no quedarse con los brazos cruzados», porque «hay una subida de tensión que no puede más que acabar mal», advirtió el senador por el partido conservador Los Republicanos.
Insistió en que quieren que «haya una discusión entre el Estado central y Cataluña» y que «el diálogo no se lleve al nivel judicial», en alusión al proceso ante el Tribunal Supremo español.
En la declaración, publicada en el blog del senador André Gattolin, miembro de La República en Marcha (el partido del presidente francés, Emmanuel Macron), los firmantes piden que «Francia y los países de la Unión Europea intervengan para restablecer las condiciones del diálogo para encontrar soluciones políticas a un problema político».
Los 41 firmantes (el Senado francés cuenta con 348 miembros) reclaman también «el respeto de las libertades y de los derechos fundamentales en Cataluña, por supuesto sin inmiscuirnos en los problemas políticos de un país vecino y sin tomar partido sobre la cuestión de la independencia de Cataluña».
Denuncian, además, «la represión de la que son víctimas los cargos electos legítimos, representantes políticos de la Generalitat de Cataluña encarcelados o forzados al exilio por sus opiniones en el ejercicio de los mandatos que les dieron los electores».
Calvet justificó el término de «represión» para calificar el trato a los responsables juzgados ante el Supremo en Madrid, a los que calificó de «presos políticos», porque «creemos que no se puede detener a la gente por sus convicciones».
A juicio de los 41 senadores, la situación de esos políticos constituye «un verdadero ataque a los derechos y las libertades democráticas». Al mismo tiempo, consideran que «la gravedad de esta situación se ha subestimado en Francia».
El texto es resultado de una iniciativa de Gattolin y de otros cuatro senadores, entre los que está François Calvet, y surgió a partir de otras declaraciones similares de alcaldes de los Pirineos Orientales que habían solicitado la libertad de los presos.