El Rey Felipe VI visitó recientemente a las tropas españolas destinadas en Irak, un momento que los militares aprovecharon para felicitar al monarca por su 51 cumpleaños. Sin embargo, más allá de este gesto simpático, esta visita dejó un gesto desafortunado por parte de los organizadores de la misma, un desliz que en el país de Oriente Medio causó desazón e indignación.
La cosa va de banderas, pues el avión que transportó a Felipe VI a tierras iraquíes mostraba una bandera en la cabina, como gesto de cercanía hacia las autoridades locales; un guiño que no obstante no fue fructífero ni afortunado.
Al parecer todo se debe a una confusión. Alguien colocó en la ventanilla una bandera que pensó que era de Irak, aunque en realidad era del Irak del régimen baazista, algo que nada tiene que ver con la actual república iraquí.
La enseña de los baazistas alterna las tres franjas de color con tres estrellas verdes ocupando la central. La actual, vigente desde 2008, elimina esas estrellas por la inscripción de «Dios es el más grande».
Esta cuestión sensible ha generado polémica y la correspondiente disculpa por parte de la embajada española en aquel país. En una publicación en Twitter atribuyen el fallo a los pilotos y aseguran que se enmendará en el vuelo de regreso de Felipe VI.