La Crida Nacional per la República ha echado a andar este sábado con su congreso constituyente, en el que Jordi Sànchez ha sido elegido presidente, con Antoni Morral como número dos, entre llamamientos a la «unidad» electoral entre las fuerzas independentistas.
El movimiento impulsado por Jordi Sànchez, Carles Puigdemont y Quim Torra había sido concebido inicialmente para cobijar en su seno al conjunto del independentismo, y durante meses hubo invitaciones a ERC y otras fuerzas a agruparse bajo este nuevo paraguas, pero sólo el PDeCAT -y con división en sus filas- ha mostrado interés.
La estrategia de la Crida ha pasado a poner el foco en las adhesiones individuales, vengan de las siglas que vengan, y por ello en la dirección del movimiento, elegida este sábado, hay nombres procedentes de ERC -el alcalde de Montblanc (Tarragona), Pep Andreu-, del PDeCAT; y Albert Batet, Damià Calvet o Montse Morante-, exconsellers del PSC como Ferran Mascarell o Marina Geli, además de perfiles independientes.
Prácticamente todos los discursos del congreso constituyente, celebrado en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona, han ido dirigidos a reclamar «unidad» -implícitamente a ERC- de cara a las elecciones municipales y europeas de mayo, un llamamiento que incluso se ha escenificado en el escenario, donde se ha compuesto con letras gigantes el lema «¡Unidad ahora!».
El más explícito en este sentido ha sido el presidente Quim Torra, que ha emplazado a Ernest Maragall, Joaquim Forn, Ferran Mascarell y Jordi Graupera, todos ellos alcaldables por Barcelona, a unirse en una sola lista soberanista en las elecciones municipales de mayo.
También Jordi Sànchez, desde la cárcel de Lledoners (Barcelona), y a través de una carta leída por el actor Joan Lluís Bozzo, ha remarcado que la Crida no nace para «sustituir partidos», sino para «tomar partido» por la unidad del soberanismo, porque «solo sumando personas y no siglas» se podrán superar los «escollos».
Carles Puigdemont, designado «presidente impulsor» de la Crida, se ha dirigido a los asistentes por videoconferencia desde Waterloo (Bélgica) para subrayar que el nuevo movimiento apela a los que creen que «tenemos que ir juntos y unidos en este momento de la historia», ante el juicio del 1-O en el Tribunal Supremo.
Recién elegido secretario general de la Crida, Antoni Morral ha destacado que el movimiento no tiene «ni recursos, ni organización territorial, ni tiempo» para presentarse a las elecciones de mayo, pero sí va a «influir» para que haya listas unitarias y, de cara a las europeas, ha apostado por una «candidatura de país».
La incógnita que se abre tras este congreso constituyente es qué actitud adoptará el PDeCAT, de cuya militancia se nutre en buena medida la Crida, aunque en el partido -y en su dirección- hay división sobre el encaje que deben acordar ambas formaciones.
Aunque la Crida nace de momento con intención de actuar como plataforma o asociación, también ha sido registrada como partido, y el hecho de que su dirección acoja a miembros del PDeCAT puede generar controversia, ya que los estatutos de la formación demócrata impiden de entrada -salvo excepciones- la doble militancia.
En el plano orgánico, las votaciones del congreso de la Crida han confirmado la elección de Jordi Sànchez como presidente y Antoni Morral como secretario general, pero a la vez han arrojado una sorpresa, ya que la lista alternativa a la oficialista ha conseguido colocar dos nombres entre los 19 miembros restantes de la cúpula: Rosario Palomino -de origen peruano, una de las más aplaudidas en las presentaciones de la mañana- y el periodista Gerard Sesé.
En la votación de los 19 nombres, las consejeras Laura Borràs y Elsa Artadi han sido las más votadas -con 2.237 y 2.222 votos, respectivamente-, seguidas de Gemma Geis, Pilar Calvo, Marina Geli, Pep Andreu, Ferran Mascarell, Albert Batet, Damià Calvet y Maria do Carmo Marques-Pinto, los diez con más apoyos.
En undécimo lugar se ha situado Miquel Àngel Escobar, seguido de Jordi Pairó, Irene Negre, Rosario Palomino, Assumpció Castellví, Àngels Cabasés, Montse Morante, Josep Ferrer y Gerard Sesé.
Por una muy amplia mayoría, el congreso ha avalado la ponencia política, que aboga por avanzar en el objetivo de la independencia dando prioridad al diálogo, sin renunciar a ninguna vía pacífica.
También ha sido aprobada sin problemas la ponencia organizativa, que sí avala la doble militancia, reserva a Puigdemont el cargo de presidente impulsor y establece tres niveles de decisión: la Asamblea, el Consejo de Representantes y el gobierno de la Crida.