La presidenta andaluza en funciones, Susana Díaz, ha replicado a Ferraz que el PSOE de Andalucía «no necesita» ser regenerado, ha insistido en que no tiene intención de dimitir y ha señalado que solo se presentará a la investidura si consigue los apoyos necesarios.
La dirigente socialista, en una entrevista en la SER, ha confirmado que solo se presentará como candidata en el debate de investidura si tiene los apoyos necesarios, que buscará en una ronda de diálogo con todos los partidos, salvo con Vox.
Además, ha respondido al secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, que ayer llamó a regenerar la federación socialista andaluza, al sostener: «Se regenera aquello que está degenerado y yo lidero un partido decente, honesto y trabajador, que ha tenido la confianza de más de un millón de andaluces».
La presidenta en funciones, que ha achacado las declaraciones de Ábalos a una interpretación sacada de contexto, ha afirmado que cuando el PSOE perdió el poder «no pensé que estuviera degenerado» y ha explicado que mantuvo una conversación con el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la que se mostró «muy cariñoso y dispuesto a ayudar» para encontrar una salida a la situación.
El secretario general del PSOE reúne este martes a la ejecutiva federal de su partido que analizará el resultado de las elecciones andaluzas y cómo garantizar la gobernabilidad de Andalucía al margen de Vox.
En las discrepancias entre Ferraz y el PSOE andaluz ha terciado Verónica Pérez, secretaria de los socialistas sevillanos y mujer de confianza de Susana Díaz.
«¿Cómo es posible que se pida la dimisión de quién gana unas elecciones y no se le pida responsabilidades a quien las pierde?. ¿Doble vara de medir?. El mundo al revés», afirma en Twitter Pérez.
En la entrevista, Díaz ha defendido su responsabilidad de representar al millón de andaluces que han depositado la confianza en su partido para anunciar a continuación que tiene la intención de optar a la investidura si consigue los apoyos necesarios.
Los apoyos los buscará en los partidos constitucionalistas, previsiblemente en Ciudadanos, aunque para ello necesita que Adelante Andalucía se abstenga en la investidura, y se ha marcado como objetivo aislar a Vox.
«La extrema derecha es un partido tóxico que está contra la Constitución, el Estatuto de Autonomía, es un partido xenófobo, racista y justifica la violencia contra la mujeres. No tengo nada que hablar con ellos», ha recalcado.
Susana Díaz, que ha reiterado varias veces que está «triste» con los resultados (unos 400.000 votos y 14 diputados menos), ha admitido que «igual estaba equivocada» al plantear la campaña con acento andaluz cuando tanto el PP como Ciudadanos han estado pidiendo el voto «contra» los independentistas catalanes.
«Me hubiera ido a casa si hubiera perdido. No es un buen resultado, hemos ganado y tenemos que hacerlo mirar porque muchos votantes de izquierda se ha quedado en casa», ha esgrimido.
Pendiente de lo que puedan acordar el PP y Ciudadanos, a los que ha definido como la «coalición de perdedores», la socialista cree que ahora llega el tiempo de la política, de la negociación.
En este sentido, ha criticado que Ciudadanos se postule para presidir el futuro gobierno siendo la tercera fuerza y que se niegue la posibilidad de que ella pueda hacerlo habiendo ganado las elecciones, por lo que ha pedido que no se vete al PSOE, el partido mayoritario que ha sacado «diez puntos» de ventaja a la formación naranja.