El juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea ha vuelto a rechazar dejar en libertad al excomisario José Villarejo, en prisión desde noviembre, al persistir los riesgos de fuga, ante la gravedad de los hechos y por el estado en que se encuentra la causa, además de reprocharle su falta de colaboración.
De Egea adopta esta decisión en un auto emitido después de que la pasada semana, a raíz de la publicación en Moncloa.com de la conversación de una comida del excomisario con la ahora ministra de Justicia, Dolores Delgado, y el exjuez Baltasar Garzón, abriera una pieza separada para investigar los posibles vínculos entre Villarejo y ese medio de comunicación.
En este nuevo auto en el que le mantiene en prisión De Egea argumenta que el riesgo de fuga no se ha reducido pese al tiempo que se lleva instruyendo la causa y al permanecer líneas de investigación abiertas a raíz de las incautaciones de numeroso material documental e informático en la operación Tándem y comisiones rogatorias pendientes de resolver.
El juez también expone la gravedad de las penas que se le podrían imponer como otro riesgo de fuga, teniendo en cuenta que está imputado por delitos de organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales, entre otros.
A esto se añade la «absoluta falta de colaboración» de Villarejo «en orden a determinar el riesgo implícito meramente anunciado por el investigado sobre los archivos de información que dice ser clasificada relativa a la Defensa o Seguridad nacional», en alusión a la advertencia que hizo sobre lo comprometido del material grabado que almacenaba.
Villarejo ha pedido repetidas veces su puesta en libertad tras ver salir de prisión en marzo al excomisario de Barajas Carlos Salamanca, y recientemente, con una fianza de 100.000 euros a su socio, el abogado Rafael Redondo, siendo ya el único detenido en Tándem que permanece encarcelado.
Tras la difusión de la conversación de la ministra en una comida con el excomisario, la defensa de Villarejo protestó ante el juez por esa filtración, respecto a la que dice sentirse él el mayor «perjudicado», y ha pedido que se investigue y se impidan nuevas publicaciones.
En la operación Tándem se intervinieron numerosas grabaciones a personalidades de todo tipo que están dando lugar a la apertura de diferentes investigaciones.
Según la instrucción, Villarejo obtenía información confidencial valiéndose de su condición policial y luego la vendía a cambio de millones de euros