El pleno del Senado ha reprobado hoy con la mayoría absoluta del PP a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, por «mentir» y por haber intentado «abandonar» al juez instructor del caso del «procés», Pablo Llarena, ante la demanda presentada en Bélgica por cuatro dirigentes independentistas huidos.
A la iniciativa del PP se han sumado los votos de Ciudadanos, UPN y Foro Asturias, tras un debate en la que se han sucedido las críticas a Delgado por su relación con el excomisario José Manuel Villarejo, en prisión por el caso Tándem.
La votación se ha saldado con 149 votos a favor de la reprobación, 82 votos en contra (PSOE, Podemos, PNV y Compromís) y 7 abstenciones, opción que han elegido las formaciones independentistas catalanas.
Cristina Ayala ha sido la encargada de defender la moción de los populares, que, según ella, no pueden permanecer «impasibles» ante el comportamiento de una ministra que «ha mentido de forma reiterada» y ha preferido abandonar» al juez Llarena para pagar a los nacionalistas su apoyo a Pedro Sánchez en la moción de censura.
Ayala ha acusado a quienes no han secundado su iniciativa de querer «romper España», ha dicho que el país «no se puede permitir una ministra que mienta, una notaria mayor del reino que lo que haga es mentir», tanto en el caso Llarena como al rememorar su relaciones con el excomisario José Manuel Villarejo.
En su opinión, Delgado ha querido ir de víctima, pero «solo es víctima de sí misma, de las mentiras que ha vertido y de su propia trampa».
El portavoz del PSOE, Antonio Rodríguez Esquerdo, ha tachado la moción popular de «improcedente y demagógica» al subrayar que el Gobierno ha defendido «desde el primer momento» los intereses del Estado y del juez Llarena en Bélgica.
A su juicio, al PP no le interesa el juez, sino sólo «hacer un uso torticero» de la situación para debilitar al Gobierno
«Con esta moción están poniendo de manifiesto su cobardía política y su filibusterismo parlamentario», ha denunciado el senador socialista antes de instar a los populares a «dejar de utilizar políticamente el caso Llarena porque le están haciendo el caldo gordo a los independentistas».
Desde Unidos Podemos, Joan Comarera ha criticado el «patriotismo jurisdiccional» de las propuestas del PP y al Gobierno por «caer en la trampa» y hacer de la defensa de Llarena «una causa de Estado con unos costes exorbitados».
Por ERC, Miquel Àngel Estradé ha aprovechado para arremeter contra Llarena porque, a su juicio, está buscando ser el «inquisidor mayor del reino» y está dinamitando el estado de derecho, aunque se ha mostrado convencido de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acabará por anular todo el procedimiento contra el «procès».
Jokin Bildarratz, del PNV, ha reconocido que no entendía la iniciativa del PP, toda vez que este partido estaba de acuerdo con los socialistas en destinar medio millón de euros a la defensa de Llarena. Además, ha recordado que se trata de un tema ya resuelto que no interesa a los ciudadanos, que lo que quieren debates para mejorar la calidad de la Justicia.
Mientras, Joan Bagué, del PDeCAT, se ha referido a las «irregularidades» del proceso judicial que ha instruido Llarena y ha insistido en que toda la justicia europea está «desautorizando» al magistrado, a la vez que ha calificado de «escándalo mayúsculo» utilizar dinero publico a la defensa de un magistrado por sus manifestaciones en una actividad privada.
Por Ciudadanos, Lorena Roldán ha apoyado la reprobación de la ministra porque haber dejado «a los pies de los caballos» a Llarena, en un episodio «gravísimo que avergüenza a los españoles», y ha instado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a que convoque ya elecciones.
Roldán ha considerado que las grabaciones a Delgado ponen al descubierto las «bochornosas conexiones con delincuentes y mafiosos», en referencia a los encuentros de la ministra y Villarejo.
El senador de Compromís Carles Mulet también ha criticado que se utilice dinero público para «salvar» a un juez que «se ha excedido en sus funciones» y ha censurado a Delgado por navegar por las «alcantarillas» del Estado.
Además, y tras pedir su cese, ha reprochado a la ministra, a la que ha calificado de «homófoba y misógina», que haya insultado «alegremente» a su compañero de gabinete Fernando Grande-Marlaska «llamándole maricón».