La exconsellera Dolors Bassa, procesada por rebelión y en prisión desde el pasado mes de marzo, ha salido este sábado de la cárcel Puig de les Basses de Figueres para visitar durante dos horas a su madre ingresada en la Clínica de Girona, donde de encuentra en la UCI tras ser intervenida quirúrgicamente.
Bassa ha llegado al centro sanitario a bordo de un coche policial no logotipado con los cristales tintados cuando faltaban pocos minutos para las 10 de la mañana, escoltado por otro coche de policía también con los cristales oscuros.
Ambos vehículos han accedido a la clínica por la zona de urgencias, donde el acceso queda restringido a ambulancias, y han salido cuando pasaban unos minutos de las 12 del mediodía.
Ante la clínica no ha habido ninguna concentración ciudadana después de que el abogado de la exconsellera, Mariano Berges, y la familia pidieran expresamente que se respetara la intimidad y se evitaran concentraciones.
Sí se han concentrado ante la clínica privada un nutrido grupo de periodistas con sus cámaras.
Sólo unos pocos curiosos se han acercado a la plaza que se encuentra delante del centro hospitalario y diversos vecinos preguntaban qué estaba causando tanta expectación mediática.
Este ha sido el primer permiso penitenciario concedido a uno de los líderes independentistas encarcelados de forma preventiva y procesados en la causa abierta en el alto tribunal por el «procés».
La Sala de Vacaciones del Tribunal Supremo -habilitada para tomar decisiones durante el mes de agosto- concedió un permiso extraordinario siguiendo así el criterio de la Fiscalía y de la Junta de Tratamiento de la cárcel, que se pronunciaron a favor de la petición formulada por la defensa de Bassa para poder visitar a su madre hospitalizada.
Los jueces solicitaron al centro penitenciario donde Bassa está presa que adoptara las medidas de seguridad necesarias durante el desplazamiento al hospital, su estancia allí y el regreso a la prisión.
Bassa, procesada por los delitos de rebelión y malversación, se encuentra en la prisión gerundense de Puig de les Basses de Figueres (Girona) desde el pasado 4 de julio, donde fue trasladada desde la cárcel de mujeres de Alcalá de Henares (Madrid), en la que ingresó el pasado mes de marzo.