Pablo Casado negó este miércoles a Soraya Sáenz de Santamaría su reclamo de que haya un reparto proporcional en la nueva dirección del PP con arreglo a los resultados del congreso, porque entiende que es él, como nuevo presidente, el que tiene derecho a pilotar la formación de los equipos.
El líder de los ‘populares' y la que fue su rival en las primarias se reunieron en la víspera del primer Comité Ejecutivo Nacional del partido de esta nueva etapa, que se celebra hoy en Barcelona y ante el que Casado anunciará los nombres de su cúpula y de quienes ocuparán los principales cargos del organigrama del partido.
El encuentro entre ambos fue en el Congreso y en dos tiempos –separados por una sesión plenaria– de tan solo media hora y quince minutos, aunque sus equipos, representados por Javier Maroto y Teodoro García Egea en el caso del líder y por Fátima Báñez y José Luis Ayllón en el de la candidata perdedora de las primarias, llevaban reunidos en el Congreso desde hacía cerca de tres horas.
Soraya Sáenz de Santamaría llegó a la reunión subrayando su total disposición a escuchar al líder y pedir unidad, y asegurando que no quería ningún puesto, pero tras el encuentro con Casado subrayó que su equipo debía estar representado de forma «digna» y proporcional con arreglo al 43 por ciento de votos obtenidos en el congreso.
La que fue candidata en las primarias, además, no ha aceptado aún el puesto que le ha ofrecido Casado –como vocal de libre designación– en el Comité Ejecutivo Nacional porque antes quiere garantizar esa integración de los suyos en distintas responsabilidades en el partido.
Casado, que en todo momento ha prometido buscar la «integración real» en el partido, advirtió no obstante, ante el reclamo de la que fue su rival en primarias, de que «ésta no es una negociación de equipos», porque el congreso del partido ya decidió «quién tiene que liderar la construcción de esos equipos».
Tras reunirse con Santamaría, Casado se vio con María Dolores de Cospedal, la segunda gran triunfadora del congreso del PP y clave en la elección de su sustituta como número dos del partido.
Diputados y senadores ofrecieron ayer una comida de homenaje a María Dolores de Cospedal en su despedida como secretaria general del PP, cargo que ocupó durante diez años. En el homenaje, que tuvo lugar en un restaurante próximo al Congreso, llegaron a juntarse casi 200 personas. Casado alabó su dedicación al partido en los peores momentos.
También asistieron la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el del Senado, Pío García-Escudero, pero no la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría.