La nueva dirección del PDeCAT, elegida en la asamblea que el partido celebró este fin de semana y alineada con el expresident Carles Puigdemont, ha advertido hoy al Gobierno de Pedro Sánchez de que a partir de ahora se lo pondrá «más difícil».
Así lo ha planteado la diputada en el Congreso y nueva vicepresidenta del PDeCAT, Míriam Nogueras, que a partir de ahora hará tándem con David Bonvehí, elegido presidente del partido, dos nombres de estricta confianza de Puigdemont, que en el cónclave que se clausuró ayer consiguió apartar de la dirección a la hasta ahora coordinadora general, Marta Pascal.
Precisamente fue Pascal, en contra del criterio inicial de Puigdemont, una de las principales valedoras del apoyo del PDeCAT a la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa.
Al ser preguntada si, con esta nueva dirección y con el PDeCAT enfocado a sumarse a la Crida Nacional per la República de Carles Puigdemont, Sánchez lo tiene «más difícil», Nogueras ha respondido con un «sí» rotundo. «No porque tengamos que hacer las cosas diferentes, sino porque ahora nosotros estamos ordenados y nos hacía falta ordenarnos», ha añadido en declaraciones a Catalunya Ràdio, donde ha coincidido con Bonvehí.
Nogueras ha indicado que las decisiones sobre el Congreso -donde hasta ahora Carles Campuzano y Jordi Xuclà eran los hombres fuertes del PDeCAT- las tomarán en el marco del partido «juntos» y de forma «coordinada», dentro de una estrategia que no ha detallado.
En todo caso, ha desdeñado cualquier oferta del Estado que pase por un nuevo Estatut, porque, ha argumentado, «ya tenemos uno y no lo votamos nosotros», ya que fue modificado por el Tribunal Constitucional, al tiempo que ha remarcado: «Tanto da quien gobierne en Madrid porque no nos regalarán nada».
No obstante, la consellera y portavoz del Govern, Elsa Artadi, ha subrayado que, como ERC y PDeCAT fueron «cruciales» para que el presidente Pedro Sánchez ganara la moción de censura, sus votos «se tienen que hacer valer», si bien deben ser «coherentes» con las relaciones entre Generalitat y Gobierno.
La consellera, diputada de JxCat que no milita en el Partit Demòcrata, ha indicado que existe «coordinación» en la acción política del Govern de JxCat y ERC y de los parlamentarios de Esquerra y el PDeCAT en la Cortes.
Desde Córdoba, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha dicho que espera que la nueva dirección del PDeCAT no se «escore hacia espacios que son imposibles», aunque «son soberanos de escoger con su militancia lo que consideren oportuno».
Calvo ha expresado su deseo de que el PDeCAT aproveche «un espacio de reconocimiento, de cumplimiento del orden constitucional y de respuesta a los problemas de Cataluña».
La delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, ha confiado en que la «responsabilidad» será «la actitud que inspirará» al PDeCAT en el Congreso.
Bonvehí, por su parte, ha negado que la Crida Nacional per la República que impulsa Puigdemont sea una «opa a ERC», pero ha llamado a todos los independentistas a no tener «miedo a sumarse».
La portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha propuesto a las diversas fuerzas independentistas negociar una «estrategia conjunta por escrito» y actuar con «unidad de acción» para lograr el objetivo compartido de culminar la «república catalana».
La diputada de Ciudadanos en el Parlament Sonia Sierra ha afirmado que la asamblea del PDeCAT ha demostrado que los independentistas «están peleados entre ellos».
El secretario de organización del PSC, Salvador Illa, ha lamentado la «radicalización» del PDeCAT y ha pedido a la nueva dirección que no sea «irresponsable» y no abandone la vía del «diálogo» y la «distensión» con el Gobierno de Sánchez.
El líder del PPC, Xavier García Albiol, ha acusado al PDeCAT de convertirse «en la marca blanca de la CUP» al haber «abandonado» el centro político en aras de un movimiento «radicalizado», en alusión a la Crida Nacional.