El vecino de Marchal (Granada) a quien la Junta de Andalucía ha retirado la tutela de once de sus treinta hijos por no atenderlos correctamente ha negado que los menores vivieran en situación de «desamparo», ha considerado esta retirada un «secuestro» y ha asegurado que se gana la vida «honradamente».
En declaraciones a Efe, el padre de los menores, de nombre Juan Manuel, ha indicado que si sus hijos estuvieran en desamparo no estarían escolarizados, como lo estaban en dos colegios de Marchal y de Guadix, adonde acudían a clase «de lunes a viernes» y donde estaban cuando fueron retirados por la administración.
Tras criticar las «calumnias» vertidas sobre la situación de los menores retirados por la Junta, este padre de treinta hijos de cuatro madres distintas ha asegurado que viven «bien, con lo suficiente para comer y trabajando honradamente».
Ha lamentado que no le hubieran comunicado nada previamente sobre la intención de retirarle a estos once hijos -él sostiene que han sido finalmente trece- y que no contactaran con los servicios sociales para pedirles información.
Ha incidido en que todo obedece a una «equivocación» porque sus hijos estaban en su opinión correctamente atendidos, y ha calificado la actuación de la administración como «un secuestro».
«Ser pobre no es un delito. Cada uno tiene lo que Dios le da», ha manifestado Juan Manuel tras señalar: «Si algo tengo en este mundo son mis hijos».
«No somos malos padres ni malas madres. Lo que han hecho con nosotros es un abuso, que lo miren porque con nosotros están equivocados», ha reiterado. En esa línea, su hijo Juan, mayor de edad, ha negado que sus hermanos pasaran hambre y ha pedido que «la gente entienda y comprenda el dolor» que les está causando esta situación.