La exdiputada de la CUP Mireia Boya se ha visto obligada a cerrar una casa rural en el Valle de Aran después de recibir «amenazas fascistas», según ha contado ella misma en su perfil de Twitter.
En una serie de mensajes en la red social Boya ha asegurado que después de que un medio digital publicara dos artículos que daban cuenta de su negocio recibió «decenas de amenazas de muerte», algo a lo que asegura «estar acostumbrada», e incluso que una familia que pasó unos días alojada en el establecimiento fue increpada a su salida.
Boya denunció la situación ante los Mossos d'Esquadra e interpuso una denuncia en el juzgado de Vielha contra el medio digital en cuestión y su director, Eduardo Inda, por el perjuicio económico causado al negocio que incluso, según la exdiputada, habría abocado a su cierre.
«No lo he dicho antes para no interferir en ninguna campaña electoral. Que eso ya lo hace muy bien C's», afirma Boya en Twitter.