Abdessadek Essalhi, uno de los tres presuntos yihadistas que juzga la Audiencia Nacional por su presunta implicación en Al Qaeda, ha explicado que los mensajes que intercambió con otro de los acusados sobre la necesidad de lapidar a infieles los escribió bajos los efectos de la droga y que se trata de frases dichas desde la ignorancia porque en realidad no tenían intención de cometer ningún ataque.
Así se ha expresado Essalhi a preguntas del Ministerio Fiscal, que pide para cada uno de ellos nueve años de prisión por el delito de pertenencia a organización terrorista. Durante el interrogatorio de esta primera sesión de vista oral, el acusado ha negado rotundamente los hechos que se le imputan y ha dicho que es un «musulmán normal» que nunca ha hecho daño a nadie.
«Son cosas absurdas que hemos dicho desde la ignorancia y no teníamos intención de hacer nada de eso, hablábamos por hablar. Walid (el otro acusado) estaba tomando coca y alcohol y yo también fumaba porros», ha dicho Essalhi que para los investigadores es el líder y adoctrinador del grupo.
En esta línea se han expresado los otros dos procesados--Yassin el Mourabet y Walid Oudra-- que han asegurado que tenían buena relación entre ellos pero se deterioró después de que se fueran a vivir a la Cañada Real por falta de medios económicos.
El Ministerio Público defiende por contra que todos ellos, de origen marroquí, contaban con perfiles en redes sociales en los que compartían documentos e imágenes sobre el Estado Islámico y su expansión geográfica en un mapa mundial.