La Guardia Civil ha detenido a tres personas por atentado contra la autoridad, resistencia, desobediencia y amenazas en Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona) durante el 1-O, entre ellos un hijo de un dirigente de ERC en este municipio y un joven que, al ser arrestado este miércoles, lamentó que este hecho le podía perjudicar en su intento de ingresar en los Mossos d'Esquadra.
Según informan fuentes conocedoras del dispositivo policial, el hombre de 22 años detenido este miércoles por dar una patada en la cabeza a un agente del Instituto Armado confesó tras su arresto que, en el caso de tener antecedentes, podría verse perjudicado en su intento de opositar como mosso.
El joven hizo esta confesión una vez que los agentes de la Guardia Civil lo arrestaron tras 17 días de gestiones en una investigación que eleva a tres los detenidos en Sant Esteve. Los otros dos, de 24 y 25 años, fueron arrestados el 1-O por los agentes del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) número 2 de Sevilla desplegados en este municipio.
El detenido este miércoles fue identificado como el autor de la patada que el 1-O por la tarde propinó contra un agente del GRS cuando estaba arrestando a otra persona (el hijo del dirigente de ERC) que acababa de propinar una patada a otro guardia civil.
«En ese momento», ha explicado la Guardia Civil en un comunicado, «se aproximó este individuo y sin mediar palabra propinó una fuerte patada a uno de los guardias civiles que se encontraban deteniendo a la otra persona, huyendo a continuación».
Esta persona fue detenida ayer «tras las múltiples gestiones y la investigación» llevada a cabo en Sant Esteve de Sesrovires, un municipio de 7.600 habitantes situado en la comarca del Bajo Llobregat, a unos 30 kilómetros de Barcelona capital.
La Guardia Civil ha informado de que ya son tres los detenidos por agresiones o intentos de agresión a distintos guardias civiles durante la actuación que llevaron a cabo el pasado 1 de octubre en Sant Esteve de Sesrovires, cumpliendo con el mandato judicial.
Intentos de atropellos y arrebarar el arma
El primero de ellos fue un hombre de 24 años, presunto autor de la primera agresión en la cabeza y quien, aprovechando que el agente cayó al suelo, se aproximó para darle una patada en la parte posterior de la cabeza. Fue detenido cuando trataba de huir y es quien ha sido identificado como hijo de un dirigente local de ERC.
La otra detención tuvo lugar también el 1-O cuando se retiraba el dispositivo establecido por la Guardia Civil para impedir la votación ilegal en Sant Esteve. En ese momento, un hombre de 25 años que había participado «activamente» en las agresiones, intentó atropellar a varios agentes con una moto.
En uno de los giros, este hombre cayó de su moto y fue detenido por los agentes, «no sin antes forcejear con ellos e intentar arrebatar la pistola de uno de ellos», según explica la Guardia Civil.
Otros miembros de ERC
El mismo domingo 1 de octubre la activista y concejal de ERC Marta Torrecillas acusó a la Policía Nacional de haberle roto uno a uno todos los dedos de una mano en Barcelona. Su testimonio fue inmediatamente difundido por medios de comunicación y por personalidades como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, o el entrenador de fútbol Pep Guardiola.
Horas después, la propia Marta Torrecillas, de 33 años, matizó su versión -que incluía supuestas agresiones sexuales por parte de agentes- hasta admitir que sólo sufría una capsulitis, es decir, una inflamación de uno de sus dedos.
Otro de los casos de concejales de ERC que se hicieron virales en las redes sociales fue el de Jordi Pesarrodona. Su imagen posando con una nariz de payaso junto a un guardia civil en las concentraciones del pasado 20 de setiembre en el departamento de Economía de la Generaltiat en Barcelona fue publicada por diferentes medios.
El 1 de octubre, Jordi Pesarrodona volvió a ser fotografiado, esta vez en Sant Joan de Vilatorrada, municipio en el que es concejal de Cultura. En este caso, gritaba y se resistía a que los agentes aplicaran la orden judicial para impedir la votación en la Escola Juncadella. Según publicó 'La Vanguardia', Pesarrodona fue una de las tres personas atendidas por los servicios de emergencias en este centro de votación.