El Gobierno de España rechaza tajantemente las críticas formuladas este miércoles por el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, contra el Rey Felipe VI, y asegura que no negociará ninguna ilegalidad ni aceptará ningún chantaje.
Así lo manifiesta en un comunicado remitido por Presidencia del Gobierno en el que añade que las críticas del presidente de la Generalitat contra el jefe del Estado «demuestran que el señor Puigdemont no solo está contra la Ley, sino fuera de la realidad».
Para el Gobierno, el presidente catalán «ha perdido esta noche la oportunidad de devolver a Cataluña a la senda de la convivencia y de la Ley».
Añade que «si el señor Puigdemont quiere hablar o negociar, o quiere enviar mediadores, sabe perfectamente lo que debe hacer antes: volver a la senda de la Ley, que nunca debió abandonar».
Advierte de que «el Gobierno no va a negociar ninguna ilegalidad, no va a aceptar ningún chantaje», considera que el presidente catalán «ya ha hecho mucho daño con sus ilegalidades» y le conmina a que «retire la amenaza de la ruptura y empiece por hablar con todos los partidos políticos catalanes cuyos derechos ha pisoteado».
«La negociación en democracia solo tiene un camino, el camino de la Ley», enfatiza el Ejecutivo.
A juicio del Gobierno, Puigdemont «ha seguido avanzando en su proyecto de radicalidad, aislamiento y desafío a las instituciones».
«No contento -continúa la nota de Presidencia del Gobierno- con el daño que ya ha causado a Cataluña, a sus ciudadanos, a su concordia y a su economía, parece empeñado en destrozar cualquier atisbo de racionalidad de cara al futuro».
Para el Gobierno, la deriva del presidente de Cataluña «le enfrenta a Europa, como se ha visto esta tarde en el Parlamento Europeo, a todas las instituciones democráticas y a la mayoría de catalanes, que anoche encontraron en las palabras del Rey un bálsamo a tanta incertidumbre y tanto desasosiego».
En el comunicado del Gobierno se indica que «a cada llamada a la sensatez, responde con un desplante. A cada nuevo dato sobre el daño que está causando a los catalanes, responde con otra ruptura. A cada petición de serenidad, responde con otra bravata contra la convivencia».
«Todo el mundo -prosigue el comunicado- le está pidiendo una rectificación que es inevitable. Cuanto más tarde en producirse, más daños y más fractura supondrán para todos».
«Los partidos representados en el Parlamento catalán, las instituciones españolas, la mayoría de la sociedad catalana, los dirigentes europeos y también el jefe del Estado, es decir, todos los demócratas, están pidiendo al señor Puigdemont que ponga fin a este desafío, que vuelva a la legalidad y asuma que cada vez menos personas están dispuestos a acompañarle en esta deriva insostenible».