El coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, ha calificado como «lamentable» el mensaje de Felipe VI televisado este martes porque «alimenta la tensión y el conflicto tanto en España como en Catalunya».
«No ha estado a la altura del momento político», ha escrito Garzón en un artículo en Público recogido por Europa Press, donde lamenta el «tono antipático y hostil» empleado por el monarca ante «una grave crisis de Estado.
El líder de IU admite en el texto que «esperaba un discurso equilibrado y medido» de Felipe VI «que pudiera contribuir a solucionar el conflicto». «Conozco personalmente al jefe de Estado. He conversado con él en varias ocasiones y sé que piensa las cosas antes de hablar. Hoy, sin embargo, me temo que le han asesorado sus enemigos», asegura Garzón.
El también diputado de Unidos Podemos también lamenta que el Rey no haya hecho mención al «80% de la sociedad catalana» que pide un referéndum «incluso para votar no a la independencia como haríamos las gentes de Izquierda Unida», ni a los «800 heridos del 1 de octubre», ni tampoco al «diálogo».
«Se ha limitado a replicar el discurso del corrupto presidente del Gobierno, el señor Mariano Rajoy, cuya posición es absolutamente insostenible», afirma Garzón en el artículo, donde defiende que «ningún problema político de esta naturaleza puede resolverse a golpes contra miles de personas pacíficas» ni «sólo con jueces o policías». «Sólo el diálogo y el entendimiento es el camino», sostiene.
Añade Garzón que el Rey ha ignorado en su mensaje «la existencia de un conflicto político haciendo creer que es un simple problema de orden público» situándose «en la primera línea del bloque reaccionario», lo que considera «irresponsable».
«El discurso de hoy alienta la confrontación y aleja una solución democrática y pacífica que otros y otras seguiremos defendiendo con todas nuestras fuerzas. El ciudadano Felipe de Borbón está preparando el terreno para una intervención durísima contra Catalunya por parte del Gobierno más corrupto de toda la Unión Europea», según el líder izquierdista, que finaliza el texto calificando a la monarquía como «una institución anacrónica».