El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha acusado este viernes al Gobierno de Mariano Rajoy de ser el «guardián de la tumba» de Franco y ha animado a los catalanes a votar 'sí' a la independencia para poder redactar una Constitución sin «militares franquistas» al lado.
En un acto del PDeCAT en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), Puigdemont ha ironizado con la llamada «operación Anubis» desplegada por el Gobierno del Estado para impedir que el 1 de octubre se celebre un referéndum en Cataluña.
Puigdemont ha recordado que Anubis es un «dios egipcio de la muerte y de los funerales, el guardián de las tumbas», y ha añadido: «Ya sabemos de qué tumba son guardianes estos señores, y no está aquí sino que está en el Valle de los Caídos».
Entre las razones que ha citado para apoyar el 'sí' a la independencia, ha resaltado el hecho de poder construir un país «sin los vicios del franquismo» y ha apostado por elaborar una nueva Constitución «desde abajo hacia arriba, sin que en la habitación de al lado haya ningún militar franquista».
Según Puigdemont, se ha demostrado que la Constitución española «no es la garantía de los derechos básicos que nos han estado cantando durante 40 años» porque no sirve para detener la «pulsión totalitaria» del Gobierno central.
A raíz de la operación policial de los últimos días, se ha mostrado convencido de que «hoy hay más gente a favor del referéndum de la que había hace un mes».
Puigdemont ha acusado al Gobierno de «dilapidar 300.000 euros al día», un dinero salido de «nuestros bolsillos», para sufragar los gastos de los «tres grandes barcos» con agentes de los cuerpos de seguridad del Estado destinados estos días a Cataluña y ha comentado con sorna: «Después de tantos años esperando que vinieran tanques por la Diagonal, al final han venido tres barcos».
Después de que la juez del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que investiga al Govern por el referéndum haya ordenado a la Guardia Civil neutralizar el enlace de la web con los puntos de votación del 1-O que Puigdemont difundió ayer por Twitter, ha denunciado que «en este país se están perpetrando prácticas propias de países totalitarios», aunque ha dado por hecho que habrá urnas.
«Claro que votaremos, ni una duda», ha afirmado el presidente catalán, que ha iniciado su intervención expresando su «amargura e indignación» por las detenciones de los últimos días de personas relacionadas con la organización del 1-O.
Antes de la intervención de Puigdemont, la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, ha advertido al Estado de que «a la democracia no la para nadie» y, tras recordar la larga historia de la Generalitat como institución, ha recalcado: «Como venimos de muy lejos, no estamos dispuestos a que nos quiten nada».
La primera en tomar la palabra en la cena del PDeCAT en el Parque Ramon Barnils, ha sido la alcaldesa de Sant Cugat, Mercè Conesa, que ha denunciado la «represión» del Estado, al que ha acusado de querer que los alcaldes «vuelvan a ser nombrados a dedo, como en tiempos de la dictadura», y ha expresado su solidaridad con Jordi Sánchez y Jordi Cuixart: «Hoy todos somos ANC y Òmnium Cultural»