El rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fueron recibidos este sábado en Barcelona a su llegada a la manifestación contra el doble atentado en Catalunya entre abucheos, pitos y una multitud que exigía que se fueran.
Algunos de los manifestantes, la mayoría de la izquierda alternativa, también gritaron: «¡Fuera, fuera!», mientras ambos saludaban al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y a la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau.
Medios
Un gran número de los asistentes que abuchearon tanto al Rey como al presidente del Gobierno portaban pancartas contra la venta de armas, después de que varios medios de comunicación catalanes vincularan esta semana los atentados terroristas de Catalunya con Arabia Saudí y recordaran la amistad de la Casa Real española con la de allí y el comercio que existe entre ambos países.
Las autoridades se situaron en una segunda cabecera, por detrás de la principal, y pudieron ver un gran número de banderas independentistas, sobre todo concentradas tras los políticos, así como senyeres y banderas españolas por todo el recorrido de la marcha. También se desplegaron dos grandes pancartas azules con los lemas: «Vuestras políticas, nuestras muertes» y «Felipe VI y el Gobierno, cómplices del tráfico de armas», de colectivos soberanistas contrarios a la presencia del Monarca y del Gobierno central. El Rey acudió ayer por primer vez a una manifestación en España como jefe de Estado.
Por otra parte, los abucheos a las autoridades provocaron varias reacciones de los políticos. El líder estatal de Ciudadanos, Albert Rivera, señaló que «hay gente maleducada y con poco respeto que, afortunadamente, no representan a la mayoría» de los barceloneses y de los catalanes, en alusión aunque sin citarlo a los silbidos que ha habido al principio de la manifestación contra el Rey y Rajoy.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, dijo que «hay que respetar la libertad de expresión»: «Estos días hemos leído auténticas barbaridades en editoriales y hemos escuchado auténticas barbaridades por parte de representantes de la derecha mediática».
Sociedad Civil Catalana (SCC) lamentó en un comunicado «profundamente los abucheos. La entidad considera que se trata de una «acción política y reivindicativa que no tiene nada que ver con el espíritu de unidad y concordia que debería predominar en este tipo de actos».