Los examinadores de tráfico de toda España están llamados desde este 19 de junio a una huelga de larga duración ante la falta de respuesta por parte de la DGT a los problemas del colectivo, una protesta que, según los sindicatos, podría suponer el «colapso» de los exámenes en los meses de mayor demanda.
Hasta el 31 de julio, la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra) ha convocado huelga todos los lunes, martes y miércoles, de modo que solo se examinará con normalidad dos días por semana.
La anterior protesta, convocada el pasado 2 de junio, fue secundada por más del 90 por ciento del colectivo y obligó a suspender 7.000 pruebas prácticas, según los representantes de los trabajadores.
El pasado jueves, el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, se reunió con el comité de huelga, pero sus propuestas no sirvieron para desatascar el conflicto, toda vez que no admitió la subida del complemento específico, una de las principales demandas de los examinadores.
El colectivo demanda la escasez de plantilla (unos 700, 200 menos que antes de los recortes), según sus propios datos, y la continua fuga de funcionarios por las condiciones que se imponen desde la administración.
De momento, la DGT busca que funcionarios de otros departamentos (incluidos militares) puedan integrarse en la plantilla de examinadores, pero el colectivo teme que finalmente termine por abrirse la puerta a no funcionarios.
Los examinadores ya estuvieron en huelga en 2015, protesta que terminó con un acuerdo con la DGT que -según denuncian- no se ha plasmado ni en relación con los complementos retributivos ni en la mejora de las condiciones de seguridad a la hora de entregar los resultados.
Fuentes de la DGT consultadas por Efe han mostrado la voluntad de seguir negociando en las próximas semanas para encontrar una solución.