El Banco Popular vuelve a hundirse un día más en bolsa y ha perdido este lunes un 18,16 %, con lo que su capitalización bursátil se ha reducido en más de 1.000 millones de euros en apenas tres sesiones y su acción retrocede hasta 0,338 euros, nuevos mínimo histórico.
Las dudas sobre el futuro de la entidad, cuya cúpula se reúne mañana en Fráncfort (Alemania) con miembros del BCE, y la estampida que parece haber dado uno de sus accionistas de referencia, la entidad francesa Credit Mutuel, han dado la puntilla al banco.
Con una participación cercana al 4 %, el grupo galo ha abandonado su puesto en el consejo de administración del Banco Popular, en la que previsiblemente habrá reducido su presencia.
La entidad que preside Emilio Saracho ha señalado que la renuncia del consejero François Martin, representante de Crédit Mutuel, se produce tras la venta el pasado viernes de la participación del 48,98 % que Popular tenía en Targobank.
Sin embargo, esa transacción no impide que Crédit Mutuel, si sigue siendo un accionista relevante, continúe en el consejo de administración del Banco Popular, por lo que fuentes próximas creen que la entidad francesa habrá reducido significativamente su participación en el banco español.
De hecho, apuntan a que esta posibilidad ha podido contribuir al batacazo de Popular de los últimos días, ya que el jueves las acciones del banco se desplomaron un 17,9 % y el viernes un 17,4 %, aunque habrá que esperar para que Crédit Mutuel desvele a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) si ha vendido.
Un inversor está obligado a actualizar los cambios en su participación en una entidad en un máximo de cuatro días hábiles desde que se producen, ampliable hasta seis si la operación se hace mediante ventas en el propio mercado.
Al batacazo del Popular también ha contribuido la publicación de que Blackrock, la mayor gestora del mundo, ha reducido recientemente del 4,09 al 1,77 % su participación en el banco español, acosado por los inversores que apuestan a la caída del valor.
El banco español vive un momento clave en el que tendrá que ver si cuenta con el apoyo del BCE para seguir adelante mientras toma una decisión sobre su futuro en función de las ofertas que reciba de las entidades interesadas en absorberlo.
El Popular está a punto de terminar de retasar a precios de mercado los cerca de 38.000 millones de euros en activos tóxicos que tiene en su balance, lo que permitirá conocer las necesidades de provisiones, que estarían entre 1.500 y 2.000 millones, según distintas fuentes.