El ex presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha presentado una querella contra el líder de Podemos, Pablo Iglesias, por presuntos delitos de injurias y calumnias, publicidad engañosa y contra los derechos fundamentales por incluir una caricatura suya en el denominado «tramabús» con el que la formación denuncia la existencia de una red de relaciones de poder en las élites políticas y económicas de este país.
La querella se dirige también contra varios periodistas y medios de comunicación y contra uno de los internos en la prisión de Soto del Real, donde el empresario cumple la pena de 5 años de cárcel que le fue confirmada por el Tribunal Supremo por vaciar el patrimonio del Grupo Marsans. También fue condenado en el caso de las 'tarjetas black' a dos años de prisión.
El expresidente de los empresarios españoles considera delictivo que se pasee su imagen «de forma burlesca» en el autobús relacionándole con la corrupción con la única finalidad de captar la atención y ganar la confianza de los votantes de Podemos.
La querella se ha presentado en los juzgados de instrucción de Madrid y cuando el asunto sea turnado el órgano correspondiente éste deberá acordar su admisión o no a trámite.
En el escrito, el empresario incluye declaraciones realizadas por el líder de Podemos en varios medios de comunicación explicando las razones para poner en marcha la campaña del «tramabús». Díaz Ferran las considera injuriosas porque que el 'slogan' publicitario serigrafiado en el autobús supone acusar a todas las personas que aparecen en él de corrupción.
«No hay forma de justificar la inescrupulosa actuación del querellado», según la defensa de Díaz Ferrán, que afirma que aún sabiendo que el empresario se encuentra «en una situación de gran vulnerabilidad como estar privado de libertad» , se ha dedicado a «pasear de forma burlesca su imagen en un autobús con verdadero engaño y manipulación en sus palabras publicitarias , con la única finalidad de captar la atención y ganarse la confianza de sus votantes».
Según la abogada Mónica Balibrea, Díaz Ferrán «jamás ha sido condenado por un delito de corrupción, ni ha estado investigado por ningún procedimiento incurso con ningún partido político.
El querellante reconoce que «es innegable que captar la atención de los medios y las redes se ha convertido en indispensable», pero considera que «hay margen para una lucha menos bufa, burlesca y más razonable» que evite injuriar y calumniar a quien «está indefenso y en un estado de vulnerabilidad absoluta».
«No cabe duda del ánimo doloso y la malicia con el que actúa Pablo Iglesias», añade el escrito, por lo que Díaz Ferrán «es víctima de una actuación en todo contraria a la Ley y que merece el debido esclarecimiento y su sanción jurídica».