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Iglesias ve un «chiste» que puedan abrir los centros comerciales y no un ayuntamiento

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. | Efe

| Madrid |

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, considera «un chiste» que el día de la Fiesta Nacional puedan abrir los centros comerciales y no un ayuntamiento como el de Badalona, cuyos responsables políticos desoyeron este miércoles una orden judicial que les obligaba a cerrar sus puertas el 12 de octubre.

«Algunos dicen que el que abra El Corte Inglés es maravilloso, pero me parece un chiste que el problema en España sea que abra el Ayuntamiento de Badalona», ha afirmado en una entrevista en Telecinco.

Preguntado si le parece bien que un concejal del consistorio rompiera en público la orden judicial que obligaba a cerrar, Iglesias ha contestado que «depende», y que algunos avances en la historia democrática se han conseguido «incumpliendo las leyes».

No obstante, ha añadido que si esa actuación es ilegal deberán ser los jueces los que lo determinen e imponer la condena que corresponda.

El líder de Podemos ha vuelto a defender sus ausencia en el desfile militar y en la recepción oficial en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional.

«Somos patriotas pero nos parece una tomadura de pelo que los señores de la Gürtel estuvieran ahí», ha denunciado Iglesias, que se ha mostrado «orgulloso» de no participar en ese «despliegue de hipocresía» y parecerse más a la mayoría de los españoles que a las «élites encorbatadas».

Ha denunciado que algunos de los soldados que participaron en el desfile se han quejado de que han dormido en cuarteles sin sábanas limpias, a diferencia de los oficiales.

«Menos mal que en democracia es obligatorio no ir a los desfiles», ha destacado Iglesias, que preferiría una Fiesta Nacional el 2 o el 15 de mayo y que fuera una «expresión popular» en manos de los ciudadanos y no de las autoridades.

Más allá de su ausencia en el desfile, Iglesias sí vio una «profunda empatía y cariño» entre el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y la presidenta andaluza, Susana Díaz, que refleja, a su juicio, el seguro apoyo del PSOE a la investidura del candidato del PP.

Ha reconocido que, de momento, no ha mantenido ningún contacto con los responsables de la actual gestora del PSOE, encabezada por Javier Fernández, a quien ha acusado de tener un lenguaje «antiguo» y de criticar más a Podemos que al PP.

Pese a todo, el líder de Podemos cree que en el futuro el PSOE seguirá siendo un partido «fuerte» sobre todo en el sur de España aunque, a su juicio, se haya equivocado al haber renunciado a formar una alternativa de gobierno al PP.

Iglesias ha rechazado la argumentación de que Podemos es el responsable de que el PSOE tenga que apoyar ahora una abstención del PP: «Hay que tener mucha cara».

Sobre las consecuencias que ese voto del PSOE puede tener en las instituciones en las que gobiernan juntos, el secretario general de Podemos ha dejado claro que habrá que analizarlas una a una y que, en todo caso no es una decisión suya, sino de las diferentes direcciones territoriales del partido.

Al margen de la formación del Gobierno, Iglesias ha criticado que se pueda juzgar al portavoz del PDC, Francesc Homs, por la consulta soberanista y por ello ha reiterado su voto en contra de la petición del suplicatorio en el Congreso.

«A los del tres por ciento habría que haberlos investigado más, pero que a un señor se le pretenda llevar a la cárcel por poner urnas, no me parece bien. Yo no prejuzgo, pero convertir un problema político en un problema judicial me parece mal», ha denunciado.

En clave interna, ha reconocido que tiene un «estilo diferente» al de su secretario Político, Íñigo Errejón, con el que mantiene una relación de respeto y fraternidad.

Según le ha confesado, Errejón no aspira a liderar Podemos, aunque si cambiara de opinión, le parecería legítimo.

Tal y como apuntó hace unos días Pablo Echenique, cree que la «tensión sexual» es buena en la política y en pareja y ha apostado porque su partido «hable claro» aunque a veces el tono sea «áspero».

«Me he dado cuenta de que hay que hablar claro, porque cuando no hablamos claro a la gente no le gusta», ha insistido Iglesias, que está convencido de que la gente no tiene miedo a Podemos, sino al paro o a que sus hijos tengan que emigrar.

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