Mariano Rajoy ha vuelto a enviar hoy al PSOE el mensaje de que no pondrá condiciones a los socialistas para contar con su abstención en una eventual investidura, y en caso de que finalmente se produzca ha prometido trabajar «día a día» para «ganarse» la gobernabilidad.
Rajoy ha participado este sábado en Zaragoza en el día del afiliado en Aragón, con un discurso en el que ha vuelto a tender la mano a los socialistas mientras ha dirigido sus críticas a Podemos y al riesgo de pactar con partidos «extremistas».
Un día después de que el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, advirtiese de que su partido no se plantea garantizar la estabilidad de un gobierno del PP y que debería ser éste el que la buscase día a día, Rajoy ha respondido casi con las mismas palabras.
«Haré todo cuanto esté en mis manos para ganarme la gobernabilidad; sé que la tendré que trabajar día a día, la trabajaré día a día, con humildad con paciencia y atendiendo única y exclusivamente a los intereses generales de los españoles», ha recalcado el presidente del Gobierno en funciones.
Y lo ha dicho después de insistir en que los 'populares' no van a imponer «ninguna condición» en la investidura porque lo que quiere es que haya un gobierno de forma urgente.
«Creo que a estas alturas de la historia lo razonable es que se deje gobernar a nuestro partido», ha señalado el líder del PP, quien ha recordado que el gobierno lleva casi 300 días en funciones y no puede tomar las «decisiones importantes que requiere un país».
Terceras elecciones
Además ha asegurado que «el PP no quiere unas terceras elecciones», que serían «una locura y un auténtico disparate» y de las que «nadie saldría beneficiado», y ha subrayado que todavía hay tiempo de evitar que el bloqueo político «dañe seriamente» a la recuperación.
«Ya hemos tenido suficiente; lo lógico, lo sensato y lo razonable, y lo que demandan con razón la mayoría de los españoles es que las cosas vuelvan a la normalidad», ha señalado Rajoy, quien, de nuevo, ha apuntado que su partido tiende la mano a las fuerzas constitucionalistas para llegar a «grandes consensos». Y ha añadido que España «necesita y merece» esos consensos de los partidos constitucionalistas, porque es además «lo que los españoles demandan».
Por otra parte, y en esta comunidad en la que el presidente autonómico, el socialista Javier Lambán, fue investido con los votos de Podemos, Rajoy ha subrayado las consecuencias negativas que tiene, en su opinión, «dejar descansar la gobernabilidad en el extremismo», porque eso solo trae «extravagancias y problemas de todo orden».
Así, ha apuntado que la primera lección que debe extraerse tras las elecciones municipales y autonómicas del año pasado es que hay que «respetar la voluntad de los que votan» y dejar que gobierne el más votado.
«Hacer descansar la gobernabilidad en el extremismo nunca trae cosas buenas a la gente, al contrario, solo parálisis en gobiernos e instituciones, inestabilidad política y desatención de los problemas de los ciudadanos», ha apostillado.
Para Rajoy la «aportación del radicalismo» y de los «aficionados a la política» ha traído además «inestabilidad, retroceso en todos los órdenes y paralización del funcionamiento normal de la economía y las instituciones». Por todo ello ha asegurado que el PP trabajará para que «esto no se vuelva a producir en el futuro».
Ha aprovechado Rajoy este día del afiliado en Aragón para subrayar, por otra parte, que hasta «los más enconados adversarios» del PP reconocen que éste es «un partido unido, fuerte y sólido» y ha puesto en valor el trabajo de la militancia de base.
«Esto no es una pandilla, que parece que es lo que se ha puesto de moda», ha dicho Rajoy del PP, un partido que, ha añadido «defiende lo mismo desde Estaca de Bares a Cabo de Gata, desde Barbastro a la Línea de la Concepción».