No ha habido sorpresas y, pese a algún intento de pacto de última hora, el Rey ha terminado este martes la tercera y última ronda de consultas con la conclusión de que no hay ningún candidato que pueda salir adelante en la investidura, lo que aboca a España a unas nuevas elecciones el próximo 26 de junio.
Tanto el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, como el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, han comunicado a Felipe VI que ninguno cuenta con los apoyos necesarios para intentarlo, dando por hecha la convocatoria electoral.
Pese a ello, la jornada comenzaba con cierto sobresalto después de que Compromís ofreciera a las fuerzas de izquierda un pacto in extremis que, a primera hora, era bien recibido por el PSOE, pero que era desactivado al poco tiempo por el rechazo de Ciudadanos.
A partir de ahí y antes de que el Rey diera por acabado el proceso, la sensación y las declaraciones de todos los portavoces constataban ya el descalabro de la XI legislatura, la más corta de la democracia y que acabará oficialmente el próximo martes 3 de mayo.
Culpabilidad
Prácticamente todos han culpado a los demás del fracaso, comenzando por Mariano Rajoy que ha echado en cara a Pedro Sánchez que se haya negado desde el principio a su propuesta de una gran coalición con los socialistas y Ciudadanos que era, la más razonable y «la mejor para los españoles».
Una actitud que para Rajoy, Sánchez debería «corregir en el futuro» porque pactar es «el abecé de la democracia» y es la norma en otros países europeos.
Rajoy, eso sí, ha subrayado que «por suerte para España» no se ha conformado un gobierno de izquierdas, algo que en cualquier caso, ha dicho, «no era previsible».
Sánchez ha repartido culpas a izquierda y derecha. Primero ha responsabilizado al líder de Podemos, Pablo Iglesias, de haber abocado al país a nuevas elecciones tras acusarle de «no haber querido pactar nunca» con el PSOE y haber bloqueado los intentos de acuerdo del ala moderada de su partido, liderada por Íñigo Errejón.
«Más, honestamente, no puedo hacer. Lo he intentado todo», ha resumido Sánchez después de comunicar al Rey que «ni podía, ni debía» intentar de nuevo la investidura al carecer de apoyos suficientes.
El líder socialista ha sentenciado que «los vetos nominales y los sillones han bloqueado el cambio» y han provocado un «fracaso» colectivo de todos los partidos.
«Algunos hemos trabajado para que ese fracaso no se produjera y otros sí. Uno fue Iglesias y el otro Rajoy», les ha censurado.
Pese al fracaso, Sánchez está convencido de que el cambio político en España sólo «se aplaza dos meses» pero que ese cambio «sensato» y «progresista» llegará con las elecciones del 26J.
Los reproches han llegado también desde las filas de Podemos. Pablo Iglesias ha culpado al PSOE de haber dicho «no» al gobierno de coalición «a la valenciana» que planteaba Compromìs en un último intento de evitar las elecciones y que, por contra, planteara un Ejecutivo con independientes.
«La política no puede ser un casino ni una partida de póquer. Nosotros hemos sido coherentes desde el principio, asumiendo cesiones en tiempo y forma», ha denunciado.
Lo lógico, según Iglesias, es que cuando hay dos fuerzas políticas con una proporción de votos similar, como es el caso de PSOE y Podemos, se pongan de acuerdo «a partir del reconocimiento mutuo» y compartan gabinete.
Llegados a este punto, el secretario general de Podemos ha asegurado que pese a la convocatoria electoral seguirán «tendiendo la mano al PSOE» y cree que lo razonable será que en el futuro terminen los «vetos» y puedan gobernar juntos.
Desde Ciudadanos y mirando ya a las elecciones, Albert Rivera ha defendido la política de pactos y de diálogo que, espera, sea apreciada por los españoles en las urnas, al tiempo que ha anunciado que no va a renegar de las propuestas y reformas que contiene su acuerdo de gobierno con el PSOE.
«No lo haremos porque seguimos pensando que hay que ponerlas en marcha, como la reforma exprés de la Constitución, el plan contra la pobreza, el pacto por la educación, la reforma de la justicia», ha proclamado.
Convencido de que las nuevas elecciones no garantizan un rápido gobierno, Rivera ha alertado de que España «no saldrá de ésta ya que no habrá mayorías absolutas, si no hay capacidad de diálogo».
Plazos
Los plazos legales para la convocatoria de elecciones no se activarán hasta las doce de la noche del próximo lunes 2 de mayo, fecha límite para que fuera investido un presidente del Gobierno.
Al día siguiente, 3 de mayo, el Rey firmará el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones para el 26 de junio, que será publicado ese mismo día en el Boletín Oficial del Estado.
Será la primera repetición de elecciones generales en la historia de la democracia española.