Josep María Álvarez ha sido elegido como nuevo secretario general de UGT, tras recibir 306 votos a favor, lo que supone el respaldo del 51,1% de los emitidos en el 42º Congreso Confederal durante un maratoniano proceso de votación que se inició poco después de las 00.30 horas y que acabó alrededor de las 5.00 de la madrugada.
La Candidatura de Miguel Angel Cilleros ha recibido 289 votos y se han registrado cuatro papeletas en blanco. Al término del recuento, Alvarez y Cilleros se han fundido en un abrazo entre aplausos y gritos de «UGT, UGT».
Álvarez sustituye a Cándido Méndez, que ha ostentado el cargo durante los últimos 22 años, en el marco de un 42º Congreso Confederal histórico, no sólo por el relevo de la cúpula, sino también porque está llamado a marcar el inicio de una renovación en profundidad del sindicato.
No obstante, esta nueva andadura arranca con una organización aparentemente más fragmentada, puesto que en su última reelección en 2013, Méndez obtuvo el 86,3% de los votos. En todo caso, desde ambas candidaturas se ha asegurado que una vez superada la votación, no existirá tal fragmentación.
Estas diferencias se han puesto de manifiesto en un proceso en el que las candidaturas han luchado cada uno de los votos de los delegados, que han sido depositados en urna de forma individual y secreta. El sindicato tenía disponible un sistema de votación telemática, pero se ha impuesto la urna para ganar transparencia en un proceso tan reñido.
Así, fuentes consultadas por Europa Press han asegurado que se ha producido un intenso debate durante la sesión plenaria antes de la votación. En esta fase se han debatido enmiendas en las que no se habían logrado acuerdos previamente en las comisiones y que, en parte, se referían a la forma de llevar a cabo la reducción de seis a tres federaciones.
En esta 'letra pequeña' de la reducción de estructuras estaban en juego posiciones particulares. Y es que fuentes del entorno de Alvarez ha acusado a Cilleros de tratar de atraer a sus filas a miembros de las federaciones de la enseñanza (FETE) y la química (Fitag) usando estas enmiendas como canje para recabar sus votos.
Este es el reflejo de la concurrencia de tres candidaturas de partida (Josep María Álvarez, Miguel Angel Cilleros y Gustavo Santana), algo que no había ocurrido antes en el sindicato, aunque finalmente Santana no ha podido oficializar la suya por falta de avales.
La nueva ejecutiva
La ejecutiva de Alvarez está formada por 13 personas --7 hombres, incluido Álvarez, y 6 mujeres--, con una renovación completa de caras respecto a la de Méndez, que además contaba con cuatro miembros menos.
Esta ejecutiva contará con la actual secretaria general de UGT-La Rioja, Cristina Antoñanzas Peñalva, como vicepresidenta general. Como secretario de Organización estará quien ostenta actualmente este cargo en UGT-FSP, Rafael Espartero García; y como secretaría de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social a la actual secretaria de Acción Sindical de FSP-UGT, María del Carmen Barrera Chamarro.
El secretario de Política Sindical será el actual secretario general de UGT-País Valenciano, Gonzalo Pino Bustos; la secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente recaerá en Ana García de la Torre, que ocupa actualmente el cargo de responsable de Construcción y Salud Laboral en MCA-UGT; y el nuevo tesorero será Salvador Duarte Soto.
Para la secretaría de Formación, Alvarez ha pensado en el actual secretario de Formación de UGT-FSP, Sebastián Pacheco Cortés; y como secretario de Internacional, en Jesús Gallego García.
Por último, en la Comisión Ejecutiva de Alvarez habrá cuatro secretarios confederales: Amparo Burgueño Luengo, de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT); Diego Martínez Isern, de UGT-Cataluña; Adela Carrió Ibáñez, actual secretaria de Formación de UGT-Cataluña; e Isabel Araque Ureña, secretaria general de Córdoba.
El líder que vino de Catalunya
El nuevo secretario general de UGT, Josep María Álvarez i Suárez, nació en la localidad asturiana de Belmonte el 20 de marzo de 1956.
Cursó estudios de Formación Profesional en Noreña (Asturias) y con 19 años se trasladó a Barcelona, donde comenzó a trabajar en la empresa de construcción de maquinaria pesada La Maquinista Terrestre y Marítima, que años más tarde fue comprada por la francesa Alstom. Con esa misma edad se afilia a la Unión General de Trabajadores (UGT) y empieza a interesarse por aprender la lengua catalana.
Sólo un año más tarde, en 1976, es elegido secretario de Acción Sindical de la sección sindical de La Maquinista y miembro del comité de empresa desde las primeras elecciones sindicales.
En 1980 Álvarez es nombrado secretario de Organización de la Federación del Metal de UGT-Cataluña y desde aquel año asume diferentes cargos en el sindicato. Ocho años más tarde vuelve a ser elegido secretario de Organización del Metal y miembro del Comité Confederal de UGT.
Tras hacerse cargo de la Comisión Gestora de UGT-Cataluña, en mayo de 1990 es elegido secretario general de UGT en esta comunidad, cargo en el que ha permanecido 26 años (su última reelección tuvo lugar en 2013).