Mariano Rajoy asegura haber pasado por momentos «enormemente duros» en estos cuatro años en La Moncloa, pero se siente «orgulloso y satisfecho» de su trabajo y cree que «algo» ha hecho por su país. Y en definitiva, resume: «Ser presidente del Gobierno de mi país es la pera».
El presidente del Gobierno habló de su experiencia al frente del Ejecutivo estos años durante la entrevista que le ha hecho Bertín Osborne en el programa de TVE «En tu casa o en la mía» y en la que ha explicado que opta a la reelección porque se encuentra bien, tiene equilibrio y ganas.
Con una botella de albariño, el «vino de primera categoría» de su tierra gallega, ha llegado Mariano Rajoy a la casa de Bertín Osborne para iniciar una charla en la que entre otras cosas ha confesado que no ha sido de muchas novias y que para conquistar a su mujer, Elvira Fernández, tuvo que darle «argumentos y razones» porque en esas cosas «uno se bandea como puede».
Y acertó, ha contado, bromeando con el hecho de que elegir a su esposa, Viri, puede ser la excepción que confirma la regla de lo que dice de él la oposición cuando apunta que no acierta nunca.
También ha contado su relación con algunos dirigentes políticos: ha confesado llevarse «muy bien» con José Luis Rodríguez Zapatero, ha señalado que Felipe González es «un tipo constructivo con el que da gusto hablar» y ha admitido que tiene sus diferencias con Esperanza Aguirre. «Hemos tenido alguna cosilla, pero nos vamos bandeando», ha bromeado.
Y sobre José María Aznar afirmó que siempre se han llevado bien aunque es imposible coincidir al cien por cien con alguien. Al relatar el momento de su designación como sucesor llega a confesar que se lo esperaba.
Y a la hora de decir a qué político admira, se ha resistido a dar ningún nombre.
Biografía
Rajoy ha recordado momentos de su vida, como su infancia en León y su juventud en Pontevedra, sus horas estudiando la oposición para registrador y sus inicios en la política en Galicia, contando una anécdota de cuando se debatió en el Parlamento gallego qué ciudad debía ser la capital de la comunidad -A Coruña o Santiago- en una discusión acalorada que acabó con «bofetadas».
Eso sí, entre periodistas, no entre políticos.
Ha admitido el presidente que no le gusta hacer entrevistas. «Tengo cierta tendencia que me reprocha todo el mundo a no ir a ningún sitio», ha dicho Rajoy, después de asegurar que ha acudido a este programa animado sobre todo por su esposa.
Y ha relatado otras anécdotas como cuando concertó con el presidente estadounidense, Barack Obama, su visita a la Casa Blanca en una conversación que ambos tuvieron cuando se encontraron en un gimnasio en Sudáfrica, o cuando tocó el gordo de Navidad a un grupo de amigos que se repartieron los décimos en una comida a la que él no pudo asistir.
Ha confesado además que no ha vuelto a subirse a un helicóptero desde el accidente que sufrió en 2005 en compañía de Esperanza Aguirre. Ni siquiera cuando se lo ofreció el presidente francés, Francois Hollande, para ir con él y con la canciller alemana, Angela Merkel, al lugar del accidente de Germanwings en Los Alpes. Rajoy prefirió tres horas de coche.
Y un viaje en coche en el que se quedó dormido le provocó otro grave accidente en su juventud que le llevó a dejarse por vez primera la barba.
Al hablar de sus hijos ha bromeado diciendo que sería peor que fueran del equipo de fútbol contrario al suyo (el Real Madrid) a que se hicieran del PSOE.
Tras reconocer la «tendencia al aislamiento» que genera la Moncloa, ha considerado que una de las mayores ventajas de ser político es que te permite conocer España.
En este programa en el que Rajoy ha compartido con Osborne un aperitivo de productos gallegos, el presidente, al que se le ha escapado algún que otro taco, le ha recordado al cantante y presentador que «el noroeste también existe», y ha presumido de la empanada que ha llevado, receta de su suegra y cocinada en La Moncloa para la ocasión.
Y antes de darle a las delicias gallegas, el jefe del Ejecutivo ha recomendado hacer ejercicio como hace él cada día, porque a esta edad, ha dicho, ya no da consejos a nadie salvo ese.
Además, se ha definido como un «crack» abriendo latas en su etapa de estudiante ante su falta de eficacia en la cocina y ha lamentado que los Consejos Europeos sean el peor sitio del mundo para comer. Lo suple alimentándose de pan con aceite.
La entrevista ha concluido con una partida de futbolín que Rajoy (que jugaba con los colores del Barcelona por indicación de su anfitrión) ha ganado por goleada. Pero ha confesado que llevaba un mes practicando.