La cooperante navarra de Médicos Sin Fronteras (MSF) repatriada desde Mali hasta el hospital madrileño Carlos III tras pincharse con una aguja utilizada con un enfermo de ébola, permanece «animada y tranquila» y mantiene contacto con su familia.
Es la única información que este domingo ha ofrecido la ONG MSF con respecto a la situación de la cooperante, trasladada a España para ser sometida a observación médica ante la eventualidad de que pudiese desarrollar ébola, aunque, según las últimas informaciones de las autoridades sanitarias, la mujer no presenta los síntomas de la enfermedad.
Este sábado, fuentes sanitarias explicaron que la cooperante no será sometida a las pruebas para conocer si se ha infectado de ébola mientras no presente los síntomas propios de la enfermedad, como ha ocurrido hasta el momento.
Tanto la ONG como el Hospital Carlos III y los responsables de Sanidad han decidido atender las peticiones de la cooperante de no divulgar su identidad ni la evolución de su estado y, por este motivo, no suministran información alguna.
«Reconocemos y agradecemos el interés informativo, pero intentamos respetar la petición de la cooperante de no divulgar sus datos ni su proceso médico», ha dicho este mediodía a Efe una portavoz de MSF.
En la actual situación, la profesional sanitaria no es una paciente, porque no está enferma (no presenta fiebre, por ejemplo), sino que ha tenido un «contacto de alto riesgo» y por eso está en observación pero sin aislamiento en la sexta planta del Carlos III.
La médico llegó a Madrid en la mañana del viernes en un avión que aterrizó en la base aérea de Torrejón y desde allí fue trasladada de inmediato directamente al centro sanitario.
El Ministerio de Sanidad ya informó el viernes de que la cooperante permanecerá en observación durante 21 días en el Carlos III y en el caso de que se comprobara contagio de ébola dispondría de todas las alternativas terapéuticas experimentales que se están utilizando en todo el mundo -vacuna experimental, antivirales y plasma-.
Este fin de semana ha finalizado en el Hospital Carlos III el término del periodo de vigilancia al que estaban sometidos los sanitarios que atendieron a la auxiliar de enfermería Teresa Romero, más de un centenar de médicos y enfermeros que no han desarrollado el ébola.
Durante los casi 30 días que permaneció ingresada en el Carlos III, Teresa Romero fue atendida por más de cien personas entre médicos, enfermeros, auxiliares, celadores y limpiadoras, la mayoría de ellos con medidas estrictas de aislamiento para evitar contagios.
Todos ellos han sido o están siendo vigilados por el Servicio de Prevención de Riesgos del hospital; es decir, se les ha llamado dos veces diariamente para preguntarles si tenían fiebre -37,7 grados- o si se encontraban mal, medida que se mantiene durante los 21 días que se considera el período máximo de incubación del virus.
España no estará oficialmente libre de ébola hasta que pasen 42 días después de la curación o fallecimiento del último enfermo en el país, de acuerdo con el criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según Médicos Sin Fronteras -que cuenta con catorce expatriados en Mali-, actualmente hay un brote de Ebola en Bamako, la capital, y también en la zona fronteriza con Guinea Conakry.
Para detener la epidemia, MSF tiene un centro de tratamiento de Ébola en Bamako y está formando en manejo de pacientes de este mal a las autoridades del Ministerio de Salud del país, además de supervisar la puesta en marcha de un sistema de ambulancias para transportar a pacientes y la organización de entierros seguros.