El presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, deja un grupo que elevó su beneficio un 6,2% en su último año fiscal, entre marzo 2013 y febrero de 2014, hasta los 174,3 millones de euros, con lo que rompió su tendencia de cinco años de caídas, marcadas por la crisis económica.
En su último discurso ante los accionistas el pasado 31 de agosto, Álvarez se marcó como reto dar el salto internacional en un «tiempo razonable» y llevar sus formatos de negocio a otros mercados.
«La dirección de la compañía seguirá promoviendo iniciativas de innovación y estímulo con la inestimable cooperación de nuestros proveedores. Y espera dar el paso de la internacionalización en un tiempo razonable», subrayó el directivo en ese momento, cuya compañía cuenta con centros en España y Portugal (Lisboa y Oporto).
Álvarez no desveló en su intervención la 'hoja de ruta' de este plan de internacionalización, que El Corte Inglés pretende abordar una vez saneado su balance y pasado el rubicón de la crisis.
La cifra de negocios del grupo se redujo un 1,8%, hasta los 14.292 millones de euros, al tiempo que el beneficio bruto de explotación (Ebitda) se mantuvo estable en 728,2 millones de euros, mientras que los fondos propios alcanzaron los 8.894 millones de euros, lo que supone un incremento del 0,5% más que el año anterior.
Además, en este periodo el grupo ha mantenido el empleo, con una plantilla de 93.300 trabajadores (el 94% con contratos indefinidos), unos 3.000 menos que el año pasado, en su mayor parte por jubilaciones o terminación de contratos temporales.
Por otro lado, el gigante de grandes almacenes realizó durante ese ejercicio una inversión de 404 millones de euros, un 22% menos, frente a los 570 millones de euros del ejercicio anterior.
Durante el último año al frente del gigante de la distribución, El Corte Inglés refinanció 4.900 millones de euros de deuda bancaria, acometió una emisión de bonos por un importe de 600 millones de euros y vendió el 51% del capital de Financiera El Corte Inglés a Santander Consumer Finance.
El Corte Inglés aportó durante el pasado ejercicio a la renta nacional española un total de 15.300 millones de euros. El total de las aportaciones que el grupo ha realizado a las distintas instituciones y administraciones del Estado en 2013 supera los 1.280 millones de euros.
La compañía destaca que la actividad comercial que genera El Corte Inglés y sus 31.000 proveedores supone unos 12.000 millones de euros anuales y subraya que el poder de compra del grupo y su variedad de productos y servicios le convierten «en un dinamizador del tejido empresarial español en su conjunto».
Isidoro Álvarez ha colocado El Corte Inglés como el primer gran almacén europeo en el ejercicio 2013, por delante del británico Marks & Spencer, con un total de 88 almacenes, 43 Hipercor, 203 tiendas de proximidad, 29 Bricor, 98 Sfera, 108 tiendas Optica 2000 y 497 delegaciones de Viajes El Corte Inglés en España y otras 91 en el extranjero.
Pizarro, su último fichaje
Dos meses antes de celebrarse la junta de accionistas, el empresario Manuel Pizarro fue nombrado adjunto a la presidencia de El Corte Inglés y posteriormente entró en el consejo de administración del grupo de grandes almacenes.
Con su incorporación al máximo órgano de gobierno del grupo, que pasa a estar compuesto por nueve miembros, la figura de Pizarro adquiere más peso y relevancia dentro de la organización.
En concreto, el consejo de administración que preside Isidoro Álvarez está integrado por el director general del grupo, Dimas Gimeno, además de Leopoldo del Nogal, Juan Hermoso, Florencio Lasaga, Carlos Martínez, Cartera Mancor (representada por Paloma García) y Corporación Ceslar (representada por Carlota Areces).
Entre las novedades también se incluye la incorporación del abogado Antonio Hernández-Gil, que fuera decano del Colegio de abogados de Madrid, que asume la secretaría del consejo de administración del grupo.
La de Pizarro era una apuesta personal de Isidoro Álvarez para contar con una figura de referencia con la que reforzar el área financiera del grupo, una vez culminada la refinanciación de deuda y abierta la puerta de nuevas líneas de financiación con la apelación a los mercados, tras cerrar en 2013 la primera emisión de bonos de su historia por importe de 600 millones.
Antes del nombramiento de Pizarro, Álvarez ya había colocado a su sobrino Dimas Gimeno como director general de la compañía.