Melilla vivió ayer su primera jornada sin saltoa sobre la doble valla que la separa de Marruecos después de tres días en los que se han registrado seis saltos protagonizados por unos 1.600 subsaharianos, aunque la alerta «se mantiene».
De esos 1.600 inmigrantes han pasado 92 personas que han elevado a cerca de 1.250 inmigrantes el número de acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), cuando su capacidad óptima es de 480.
Movimientos
Según informaron fuentes policiales, «si bien se han visto movimientos, como todas las noches, no habido ningún acercamiento a la alambrada ni se ha producido ninguna intento de salto» ayer viernes, a diferencia de lo que ha venido ocurrido desde el martes de esta semana.
En este sentido, indicaron que además del helicóptero que sobrevuela el perímetro, los agentes que vigilan la alambrada, tanto en vehículos como desde las distintas garitas repartidas por los nueve kilómetros de frontera, cuentan con «prismáticos con visión nocturna» que les permite incluso «ver los movimientos por la noche» de los inmigrantes que acampan en las montañas marroquíes cercanas del Gurugú.
Las citadas fuentes indicaron, no obstante, que la alerta en el perímetro fronterizo «se mantiene», con la presencia tanto de efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla como de los miembros de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS) que ha desplazado el Ministerio del Interior para reforzar al Instituto Armado en la ciudad Autónoma frente a la presión migratoria.
La tranquilidad en la valla, añadieron, «se puede romper en cualquier momento» porque, según fuentes policiales, «son cientos» los inmigrantes que esperan en las localidades marroquíes próximas a Melilla su oportunidad de pasar a suelo español.