El presidente del Consejo General de la Corporación Mondragón (MCC), Txema Gisasola, presentó ayer su dimisión como máximo directivo del primer grupo industrial vasco, que ha decidido abrir una etapa de «reflexión y debate colectivo» para «diseñar su futuro» y afrontar «la crisis económica global».
La dimisión de Gisasola, atribuida a «motivos personales» por MCC en un comunicado, cierra un año de extremas dificultades para el grupo cooperativo, que ha visto cómo su empresa más emblemática, Fagor Electrodomésticos, ha entrado en concurso de acreedores, mientras que otra de sus cooperativas punteras, Eroski, está inmersa en la renegociación de una deuda de 2.500 millones de euros.
La Comisión Permanente de MCC, un órgano similar a un consejo de administración y responsable de adoptar las decisiones más importantes del grupo cooperativo a nivel institucional, analizó ayer la dimisión de Gisasola y ha decidido que una comisión gestora se haga cargo de la dirección del grupo hasta la elección del nuevo presidente.
La designación del sucesor de Gisasola no se producirá, no obstante, hasta que concluya «la definición del nuevo proyecto marco para Mondragón».
Las más del centenar de cooperativas asociadas al grupo guipuzcoano han decidido «abrir una etapa de análisis y reflexión para diseñar el marco general de su actuación en los próximos años», según informa MCC en su comunicado oficial.
Eroski está diseñando junto a las entidades financieras que comercializan sus aportaciones financieras subordinadas un plan para canjear dos emisiones de este producto, conocido como 'deuda perpetua', por bonos de vencimiento a largo plazo, con quita y liquidez.
La opción con más respaldo implica una quita del 30 %; el pago de un 15 % en metálico y el 55 % en bonos de Eroski a 12 años. Las aportaciones financieras de Eroski, que alcanzan un importe de 660 millones de euros, están colocadas entre unos 30.000 inversores.