Debido a la convalecencia del Monarca, este año, al igual que en la celebración de 2013, cuando el rey Juan Carlos se recuperaba de otra operación de cadera, la celebración de la Pascua Militar no ha incluido revista a las tropas ni el tradicional besamanos de las autoridades, lo que ha hecho que el acto haya durado algo menos de 50 minutos.
Apoyado en dos muletas (que viene utilizando desde que fue operado de la cadera izquierda el pasado 21 de noviembre) y acompañado de la Reina y los Príncipes de Asturias, el Rey llegaba a las 12.30 horas a la Puerta del Príncipe del Palacio Real, donde la Familia Real era recibida por el presidente del Gobierno, los ministros de Defensa e Interior, el jefe del Estado Mayor de la Defensa.
Tropiezos de voz
Visiblemente más delgado y moviéndose con dificultad, el jefe del Estado ha pronunciado su tradicional discurso, como ya hizo el año pasado, acodado en un atril en el Salón del Trono. Sin embargo, su débil tono de voz y sus constantes tropiezos durante la alocución, han acaparado la atención hasta el punto de que La Zarzuela se ha visto obligada a explicar, poco después, que las equivocaciones de don Juan Carlos se debieron a un problema con las luces del atril, según recoge la Cadena Ser.
El Rey ha animado a las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil a perseverar en su «ejemplaridad», a «seguir transmitiendo confianza y serenidad», a «continuar trabajando unidos por la seguridad y el bienestar del conjunto de los españoles» y a ser «los primeros en ofrecer y los últimos en recibir». Don Juan Carlos se ha declarado «plenamente consciente» del «enorme esfuerzo» que realizan los militares, tras un «duro año», por «mantener las capacidades» necesarias para garantizar la defensa de España y ha advertido de que es «imprescindible» continuar avanzando por la senda que permita obtener «el máximo rendimiento de los recursos».
Tras agradecer el «patriotismo», la «solidaridad» y la «generosidad» demostrada por los miembros de los Ejércitos y del instituto armado, el jefe del Estado ha proclamado: «Nuestra sociedad responderá siempre a vuestra generosidad con su reconocimiento y admiración, como reflejan las encuestas; y yo, como siempre, sentiré el orgullo de ser vuestro jefe».