La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, asegura que «siempre» se ha sentido respaldada por el partido, tanto por la dirección nacional como por la regional, y confiesa que no le incomoda «en absoluto» que se hable de otros candidatos a la Alcaldía para las próximas elecciones.
En una entrevista, la alcaldesa afirma que ser candidata en las municipales de 2015 no está ahora mismo entre sus «prioridades» y que «en momentos tan difíciles hay que tratar de centrarse en lo que se está, apoyarse cada uno en las instituciones que está gobernando, porque eso al final es bueno».
«Yo siempre me siento respaldada por el partido», «sin duda» también por el PP de Madrid que preside Esperanza Aguirre, subraya Botella, quien valora además el «cariño» que ha recibido «de la gente durante tanto tiempo» y confiesa que eso es algo por lo que estará «siempre agradecida».
A su juicio, éste no es el momento de hablar de candidatos porque aún queda «muchísimo trabajo por delante», «todavía hace falta un tiempo» y esa «no es la preocupación de la gente», además de que en momentos tan difíciles como éste «hay que centrarse en lo que se está».
Recuperar la confianza
La alcaldesa insiste en que el tiempo que resta debe aprovecharse para «recuperar la confianza de los madrileños» y «luchar contra la desafección general» que existe en la sociedad, «no solamente respecto a los políticos» sino frente a «todo aquel que tiene alguna responsabilidad en un momento en que el problema más grave que tenemos es el desempleo».
Para explicar esa «desafección», Botella señala que «como consecuencia de la crisis producida durante la gestión del PSOE y de Rodríguez Zapatero, que es verdad que está durando demasiado tiempo -añade-, hay muchas personas que no ven sus problemas resueltos».
En esa situación, continúa, «se están dando algunas conductas que sin duda no son las más reconfortantes o las más edificantes para los ciudadanos» que, en su opinión, tiene que servir para producir una «regeneración» en la que «todos» tienen que tomar parte.
Botella se muestra consciente de que la imagen que la sociedad tiene de ella es diferente de la que tienen aquellos que más la conocen y asegura que de su persona «se ha creado muchas veces un estereotipo que me da risa». Se define como una persona que procura vivir cada momento de la vida «con intensidad» y que de cada época de su vida se le olvida «todo lo malo» y se queda con lo mejor.