El expresidente del Gobierno José María Aznar ha pedido este lunes «poner fin al desfalco de soberanía nacional» que se está llevando a cabo por parte del nacionalismo «más destructivo y reaccionario», ya que, según ha insistido, persigue «el desguace de la nación y del Estado». Es más, ha advertido al Ejecutivo de Mariano Rajoy, aunque sin citarle, de que el «silencio» ante lo que está ocurriendo en Cataluña» puede dañar la verdad tanto como la mentira misma».
Aznar se ha expresado con esta contundencia durante la presentación del libro sobre víctimas del terrorismo 'Cuando la maldad golpea' junto a la expresidenta del PP vasco, María San Gil, en un acto en San Sebastián que ha organizado la Fundación Villacisneros.
El exjefe del Ejecutivo ha dedicado parte de su intervención a lo que está sucedido en Cataluña y ha afirmado rotundo que se está ante «un desafío al valor de la libertad, del pluralismo, de la ley y de la igualdad dentro de una misma sociedad».
Gran política nacional
«No estamos ante una pugna entre territorios. Estamos ante un desafío que opone a la cultura cívica europea propia de nuestra Constitución el nacionalismo más reaccionario y destructivo», ha enfatizado.
Aznar ha asegurado que la tarea política más importante en la España de hoy es «construir, ordenar y poner en marcha una gran política nacional basada en los principios constitucionales». Se trata, ha proseguido, de impulsar «un gran proyecto cívico atractivo», capaz de animar a la sociedad a prestarle su apoyo decidido y sostenido. «Cada vez que lo hemos hecho así hemos sabido vencer las amenazas a nuestra libertad, por graves que fueran», ha dicho.
Aznar ha resaltado que España «ha de ser una realidad jurídica segura, indudable, previsible» puesto que ésa ha sido la voluntad de los españoles recogida en la Constitución. «No existe ningún título jurídico, histórico o político válido que habilite a ignorarla, incumplirla, suspenderla o aplazarla. No puede estar en la mano de nadie hacer tal cosa», ha dicho,
Quien no cumple la ley debe «percibir» las consecuencias
En este punto, ha avisado que quien «ignora» la Carta Magna, «la incumple, la suspende o la aplaza está fuera de la ley», «actúa contra la voluntad nacional», y «debe percibir sin que le quepa la menor duda las consecuencias de sus actos». «No hay moderación en aceptar la ilegalidad», ha advertido.
Aznar ha insistido en que el Estado de Derecho «no puede quedar en suspenso o ser aplicado por cálculo político», ya que, según ha señalado, eso «daña la democracia española y expone a sus instituciones a la sospecha».
Por eso, ha censurado que «algunos» hayan «decidido romper con España, para romper con los principios de la democracia», tratando de «arrastrar consigo a toda una sociedad, a la que pretenden convertir en lo que ellos son».
Fin al «desfalco» de la soberanía nacional
«Y no podemos permanecer al margen mientras ese proyecto político sigue adelante. Debemos afirmar la legitimidad de nuestra Constitución y de nuestras leyes. Debemos afirmar y ejercer nuestra voluntad política expresada democráticamente», ha proclamado, para afirmar que hay que poner fin «al desfalco de soberanía nacional que se está llevando a cabo por parte del nacionalismo».
En opinión de Aznar, hay que «afirmar la realidad nacional de España ante las grotescas deformaciones históricas a las que la someten aquellos que rechazan una comunidad de ciudadanos libres e iguales». Para ello, ha continuado, deben actuar como «españoles tranquilamente orgullosos de serlo».
Aznar ha lamentado que redoblen sus «esfuerzos» los que pretenden devolver a los españoles «al camino de discordia y de ruptura», una pretensión que, según ha dicho, «necesariamente producirá desgarros, como ya los está produciendo». «El nacionalismo pide lo imposible: el desguace de la nación y del Estado. Su encaje nunca lo sería en la nación, sino en la no-nación; su inserción nunca lo sería en el Estado sino en un no-Estado», ha agregado.
En este proceso «inútil de centrifugación del Estado», el expresidente del Gobierno ha asegurado que hay que «fortalecer las instituciones y ordenar la vida del Estado del modo que mejor convenga a la nación». «Estamos en un momento decisivo de nuestra historia. Un momento que exige de todos nosotros lo mejor que tenemos», ha dicho.
Eso sí, Aznar ha afirmado que «nada está garantizado». «Todo dependerá de lo que estemos dispuestos a hacer. Porque es cierto que el silencio puede dañar la verdad tanto como la mentira misma», ha concluido.