La secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, ha anunciado hoy que había un error en la previsión de deuda pública del año próximo en el proyecto de presupuestos generales del Estado para 2014, que finalmente queda en el 98,9 % del PIB, nueve décimas menos de lo inicialmente estimado.
«No es mucho pero nos aleja un poco más del 100 % del PIB», ha explicado Fernández Currás en la comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, si bien ha admitido que «ciertamente estamos en un nivel (de deuda pública) que sería no deseable».
No obstante, ha puesto de manifiesto que «ya se pueden observar los primeros resultados» de la política económica del Gobierno, lo que ha permitido un proyecto de cuentas para el año próximo que exigirán un esfuerzo algo más amortiguado.
Según ha mantenido Fernández Currás, los últimos años los ajustes han sido «muy duros» y «exigentes», pero el Gobierno ha querido repartir el esfuerzo de manera «equitativa», gracias a lo cual se ha producido una mejora de la situación económica.
Así, «dejamos de caer y empezamos a crecer» en el año 2014 un 0,7 % del PIB, una previsión a su juicio «prudente».
En cuanto al diseño del proyecto de presupuestos, Currás ha señalado que suponen un «esfuerzo añadido» y compartido en la senda de la consolidación fiscal comprometida con Europa, ante «aumentos ineludibles de gastos» como pensiones, déficit eléctrico y prestaciones por desempleo.
De este modo, se ha evitado el «optimismo» y las «comprensibles relajaciones» diseñando unos presupuestos «austeros, pero sin olvidar las necesidades sociales», y «sin necesidad de profundas medidas en materia de gastos e ingresos» gracias a que «el camino recorrido nos permite amortiguar el esfuerzo».
Sin embargo, el portavoz socialista en la Comisión, Joan Rangell, ha afirmado que «detrás de esas grandes cifras que también se pueden cuestionar» habita una realidad: el paro, el deterioro de los servicios públicos esenciales y la salida de «muchísimos jóvenes» al extranjero.
«Muchísima gente no percibe la luz al final del túnel. Nos venden la recuperación, pero ¿para quién?», se ha preguntado el diputado.
Estabilización
En cuanto a los signos de estabilización económica, como la rebaja de la prima de riesgo o del déficit público, ha dejado claro que «no se debe al resultado de las políticas de ajustes, sino a un nuevo contexto europeo».
También el diputado de CiU Antoni Picó ha arremetido contra el proyecto de presupuestos, porque a su juicio no impulsa la recuperación económica y la creación de empleo, se basa en perspectivas «no fundamentadas» y carga el esfuerzo sobre las comunidades autónomas, lo que «tendrá consecuencias» en el marco social y económico, ha advertido.
Por su parte, el diputado de Izquierda Plural Alberto Garzón ha dejado claro que en su opinión no es cierto que se haya producido un «reparto equitativo» del ajuste, ya que los grandes acreedores privados de la banca no se han visto afectados por la crisis.
Ante las dudas de los grupos parlamentarios y la posibilidad de que las previsiones vuelvan a fallar, como ocurrió con algunos indicadores del proyecto de 2013, la secretaria de Estado ha defendido la «credibilidad» de los presupuestos y de las previsiones económicas del Gobierno, ya que «se fundamentan en resultados».
Así, ha destacado que de un año a esta parte «hemos dado la vuelta a la balanza de pagos», la inflación se encuentra en unos niveles muy bajos y los mercados financieros están abiertos «lo que difiere absolutamente del año pasado» y es «una realidad».
En cuanto a las quejas del diputado catalán por la bajada de financiación a Cataluña, le ha espetado que «no se puede pedir más déficit y encima llorar por las inversiones directas del Estado en las comunidades autónomas», y le ha preguntado si no le parece que «ya es hora de que le toque a otros territorios», tras una década de transferencias beneficiosas para su región.