El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defenderá hoy ante el pleno del Congreso su honestidad y garantizará que nunca ha cobrado sobresueldos en B, aunque esas explicaciones no impedirán que, tal y como ha avanzado el PSOE, su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, le pida la dimisión.
Debido a las obras en el Palacio del Congreso, será el Senado el que acoja el pleno extraordinario de la Cámara Baja ante el que Rajoy pidió comparecer a petición propia para informar de la situación política y económica.
Es un enunciado genérico que incluirá también su versión sobre el ‘caso Bárcenas', cuestión por la que comparecerá también a petición concreta de CiU, PNV, Izquierda Plural y Grupo Mixto.
Los socialistas ya han advertido de que, con independencia de las explicaciones de Rajoy, Rubalcaba pedirá su dimisión, y los representantes de los grupos de la oposición reclamaron ayer al jefe del Gobierno que hoy diga la verdad y no intente desviar el debate hacia otros asuntos, como la situación económica.
«Burladero»
En esa línea, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, advirtió que sería «impresentable» que utilizara la crisis y el paro como «burladero» para no hablar del ‘caso Bárcenas'.
Según explicó Valenciano, el objetivo del PSOE ante el pleno de mañana es doble: que Rajoy diga la verdad y que abandone su puesto, y si no consiguen esas metas, seguirán trabajando con todos los instrumentos que están a su disposición para lograrlo.
En nombre del PP, su vicesecretario general de Estudios y Programas, Esteban González Pons, aseguró que el jefe del Gobierno hablará «de forma responsable» y dará las explicaciones que «todo el mundo espera» sobre el ‘caso Bárcenas'.
Pero precisó: «No va a poder hablar de los escándalos sin hablar también de la economía. Hay que tener en cuenta que una cosa condiciona la otra».
El pleno comenzará a las nueve de la mañana con la intervención de Rajoy, que no tendrá límite de tiempo para sus explicaciones, y, a continuación, tomarán la palabra los representantes de los grupos durante media hora cada uno.
Un tiempo que la portavoz del PSOE en el Congreso ha considerado insuficiente y que le ha llevado a acusar al «rodillo» del PP de «amordazar» el debate.