La coordinadora Gesto por la Paz ha decidido por «amplio consenso» de sus integrantes la disolución de la organización en el actual escenario de ausencia de violencia terrorista en Euskadi y tras 28 años de trabajo por la paz y la defensa de los derechos humanos.
Representantes de la coordinadora han dado a conocer la decisión en el transcurso de la XXV Asamblea general extraordinaria que la organización ha celebrado en Bilbao y han anunciado que el próximo día 1 de junio Gesto por la Paz celebrará un acto público «de despedida» en la capital vizcaína, del que dará detalles en posteriores fechas.
La decisión de disolver la coordinadora ha sido adoptada por el 97 % de los votos de los participantes en la asamblea, sin ningún voto en contra.
En un comunicado leído en euskera y castellano ante los periodistas y recibido con aplausos por los asistentes, los representantes de Gesto por la Paz han señalado que «afortunadamente» hoy se pueden plantear «el cierre» de la organización porque se ha alcanzado el «objetivo último» del fin de la violencia de ETA, tras el anuncio de la organización terrorista en 2011 de cesar su actividad armada.
En castellano, la miembro de la coordinadora Itziar Aspuru ha puesto de manifiesto que uno de los factores que ha contribuido a ello ha sido la concienciación y la movilización de la sociedad para mostrar su rechazo a ETA.
Ha señalado, sin embargo, que aún quedan «importantes tareas» por hacer, aunque ha indicado que la coordinadora ya ha realizado su contribución fundamental: «Concienciar -ha dicho- y facilitar un medio de expresión colectiva frente a la violencia específica generada en Euskal Herria».
Entre las tareas pendientes, ha citado la desaparición definitiva de ETA «sin ningún tipo de contrapartida», el reconocimiento de «todas las víctimas» generadas por la violencia y la aplicación una política penitenciaria que «humanice» el tratamiento a los presos.
A su juicio, la izquierda abertzale «es quien tiene mayor capacidad de influencia y, por tanto, mayor responsabilidad para que esto sea así».
La coordinadora también reclama que se reconozca a «todas las víctimas generadas por ETA, GAL, otros grupos terroristas y la violencia ilegítima de las Fuerzas de Seguridad en su lucha antiterrorista».
La coordinadora también considera que la política penitenciaria debe facilitar los procesos individuales de reinserción «que partan del reconocimiento crítico del daño causado». En su opinión, debe darse «una aplicación normalizada» de la legislación vigente y se debe «humanizar» el tratamiento a los presos.
Gesto por la Paz ha hecho un reconocimiento «especial» a las víctimas y ha recordado que más de 800 personas han sido asesinadas por el terrorismo y son «miles las que tienen señaladas en su cuerpo las pruebas del dolor y la intransigencia».
«Durante muchos años -ha lamentado- fueron invisibles a nuestros insensibles ojos».
Gesto por la Paz también ha reconocido la actuación de las personas amenazadas por «la barbarie terrorista» (políticos, jueces, periodistas, empresarios, fuerzas policiales..., ha recordado) al considerar que su esfuerzo ha servido «para poder sobrevivir como sociedad y no sucumbir ante la estrategia totalitaria».
Para proceder a su disolución, la coordinadora ha constituido una «comisión liquidadora» en su seno, que se encargará de su «cierre técnico» y de gestionar el legado material de la organización.