El dueño de Viajes Marsans, Ángel de Cabo, ha asegurado hoy en la Audiencia Nacional que el expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán le engañó al venderle ésta y otras sociedades, puesto que ya las había vaciado de bienes, han informado fuentes jurídicas.
De Cabo, en prisión provisional desde el pasado 5 de diciembre y que ha prestado declaración como imputado ante el juez Eloy Velasco de forma voluntaria después de haberse negado a hacerlo cuando fue detenido, ha admitido no obstante que, pese al supuesto engaño sufrido, entregó 8 millones de euros a Díaz Ferrán en concepto de préstamo.
Velasco, que instruye la llamada «Operación Crucero» por el vaciamiento patrimonial de Marsans, sostiene que Díaz Ferrán y su socio Gonzalo Pascual, ya fallecido, acordaron con De Cabo el traspaso del grupo turístico y de su patrimonio para eludir el pago a sus acreedores a cambio de recibir «cien mil euros mensuales hasta alcanzar la suma de ocho millones de euros».
De Cabo ha negado que pactara esos pagos con Díaz Ferrán y ha declarado que los préstamos fueron garantizados con las hipotecas sobre los bienes de los hijos del expresidente de la CEOE, del que ha dicho que también le vendió su barco y que él le permitió seguir utilizándolo.
Mientras tanto, los préstamos a Pascual -aunque no consta que éste llegara a recibir ningún dinero- tenían como aval los muebles y los trofeos de caza intervenidos en una nave de Ribarroja del Turia (Valencia).
Durante su declaración, que continuará el próximo martes, el empresario valenciano también se ha referido a los 4,9 millones de euros hallados en una cuenta a su nombre en una oficina del BBVA en Suiza.
Según el imputado, ese dinero era un «depósito» para hacer frente a pagos a proveedores de la empresa Astra.
Las acusaciones sostienen que ese dinero forma parte de los 33,8 millones de euros que la empresa Airbus devolvió a Astra después de que ésta cancelara un pedido de aviones para Air Comet (la aerolínea del grupo turístico), de los que 4,9 millones fueron a parar a la cuenta de De Cabo en Suiza y otros 9 millones a una de sus sociedades, Ascendia, en concepto de gastos de gestión.
De Cabo ha dicho que entró en contacto con Díaz Ferrán a través de uno de sus testaferros, Jorge García Téllez, contradiciendo la versión del expresidente de la CEOE, que manifestó que había sido a través de personas relacionadas con la constructora Teconsa.
El también dueño de Nueva Rumasa ha explicado asimismo que su primera intención era llevar el concurso de Marsans y que la idea de comprar las sociedades surgió a posteriori, pero que no fue hasta que la operación se había realizado cuando descubrió que estaban despatrimonializadas.
Además, De Cabo -en prisión eludible bajo fianza de 15 millones de euros, que ha vuelto a pedir que sea rebajada- ha añadido que gracias a su labor se salvaron muchos puestos de trabajo en Marsans.
El empresario no sólo ha responsabilizado a Díaz Ferrán de muchos de los hechos que se le imputan, sino que también ha dicho que otras operaciones fueron realizadas por indicación de García Téllez y de Rafael Tormo, un fiscalista que según su versión le aconsejó abrir una sociedad en Chipre.
Velasco seguirá tomando declaración el próximo martes a De Cabo y a continuación interrogará a su «mano derecha», Iván Losada, y a su cuñado, Teodoro Garrido, que también estaban citados para hoy después de solicitar comparecer voluntariamente.