Después de haber afirmado erróneamente que «la mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas» o que «los animales no tienen derecho a la vida», el diputado de UPyD Toni Cantó compara ahora la inmersión lingüística con la pederastia. En una entrevista en la revista cultural Jot Down, el político asegura que hay que poner límites a este modelo de enseñanza «de la misma manera que no se puede decidir que se permita a los pederastas campar a sus anchas». «Son cosas que son o no son constitucionales», asegura. Acto seguido, Cantó añade que «a lo mejor debería poner otro ejemplo», porque si compara «lo de la lengua con estas cosas va jodido».
En la entrevista, el actor también sentencia que «si los nacionalistas catalanes pudieran, prohibirían votar a los mayores de 50 en el referéndum». De la misma manera que el expresidente socialista extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el actor tilda al ‘president' de la Generalitat, Artur Mas de nazi. Así, Cantó asegura que el ‘president' está siguiendo «la estrategia de Goebbels, de manejar la publicidad, la educación, y que el mensaje vaya calando».
Es lógico
«De la misma manera que cualquier alumno puede estudiar ciencias o letras yo quiero elegir si prefiero castellano o valenciano, creo que es lógico, que no hay país en el mundo en el que pase esto. Bueno, uno. Creo que sí, me parece que en las Islas Feroe, lo vi en un artículo», declara Cantó en la entrevista para Jot Down.
El actor, como ya se ha destacado, se ha convertido varias veces en protagonista de las redes sociales por comentarios polémicos. De hecho, él presagia que volverá a ocurrir cuando señala al ampliar su argumento sobre las lenguas en España que «hay límites, no pueden pasar por encima de mi libertad. De la misma manera que no se puede decidir que se permita a los pederastas campar a sus anchas».
Cantó dice que «no se le puede prohibir a uno estudiar en el idioma que desee. De hecho el Constitucional ya lo ha dicho así, aunque en Catalunya se lo pasen por el forro, lo cual es alucinante también» y recalca que España tiene un problema en este aspecto porque «la justicia está politizada».